Hacienda abre la veda de cazadores
by Ramón
Cerdá
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Que la caza (y en especial la caza mayor) mueve mucho dinero, es
algo muy sabido. Que mucho de ese dinero no se declara, también es sabido, y
que muchos cazadores distraen buena parte de su dinero negro en esa afición,
tampoco es algo que a estas alturas pase desapercibido. En definitiva, que
siempre que sale alguna noticia contra la caza o los cazadores, aparecen voces
en su defensa precisamente diciendo que es un negocio del que vive mucha gente.
Puede que de tanto insistir en ese argumento (un arma de doble filo como otra
cualquiera), el fisco se haya dado por aludido y por eso Hacienda abre la
veda de cazadores.
Hacienda abre la veda de cazadores porque se trata de un
indudable filón recaudatorio
Es la ONIF (Oficina Nacional de Investigación del Fraude de
la Agencia Tributaria la que quiere empezar por la Comunitat Valenciana. El
requerimiento ha sido recibido por la Consellería de Medio Ambiente que deberá
contestar con amplia información sobre las temporadas de caza desde 2012 hasta
2015, ambas inclusive. Tendrá que detallar: todas las cacerías de caza mayor,
los cotos de caza donde se realizaron, los datos de los cazadores
participantes, las fincas en las que tuvieron lugar y las reses abatidas.
Evidentemente este es el primer paso para abrir numerosas
inspecciones posteriores, no solo a los profesionales de la caza, sino a los
propios cazadores. ¿Qué pueden temer estos últimos? Pues entre otras cosas que
si el gasto que han tenido en esas monterías ha sido muy elevado y no coincide
con su nivel de renta declarado, eso de por sí ya es un serio problema. Pero
también han de tener en cuenta que en muchas de esas cacerías acaban retirando
sin cargo las reses abatidas (o algunas de ellas). Eso, sí o sí, es una
donación o retribución en especie que no creo que nadie esté declarando en su
renta. Luego también están los trofeos, premios, etc., algunos de ellos
valorados en más de veinte mil euros.
Trabajo van a tener un montón, pero seguramente les resultará muy
rentable, tanto por las actas que acaben abriendo, como por la ingente
información que podrán recabar y que les servirá para otras comprobaciones o
investigaciones posteriores.
Si hay fraude (que seguro que lo hay) y la inspección va por los
cauces correctos (esto ya es más dudoso), tampoco tengo nada en contra. Al fin
y al cabo son actividades sujetas a impuestos como otras cualesquiera. Espero,
eso sí, que respeten escrupulosamente la ley y los derechos de los
contribuyentes.
Ramón Cerdá
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