Cada vez más impuestos diferentes. Hasta diez
al año
por Ramón
Cerdá
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En este país tenemos cada vez más impuestos diferentes, lo cual,
evidentemente, complica la comprensión del ciudadano y provoca errores de
tributación. El control se hace imposible y terminamos por no saber
cuántos impuestos acabamos pagando. Esto último puede ser uno de los
principales motivos de que sigan apareciendo cada vez más impuestos diferentes.
¿Alguien se ha parado a contarlos?
Suma y sigue... Cada vez más impuestos diferentes
Resulta apabullante comprobar que entre el sacrosanto Estado y
las prebendéticas
Comunidades Autónomas sumen un total de noventa y ocho impuestos
diferentes si contamos el último aprobado de las bebidas azucaradas.
Según la Aedaf (Asociación Española de Asesores Fiscales) que se
ha tomado la molestia de contarlos, en 2013 teníamos «solo» sesenta y ocho, lo
que supone que cada año esta gente se inventa diez nuevos impuestos de media.
¡DIEZ NUEVOS IMPUESTOS AL AÑO!
Hay impuestos por todos
conocidos, como el de la renta (IRPF), el IVA, el Impuesto de Sociedades, el de
Sucesiones, el de Patrimonio, el de Hidrocarburos (ese que pagamos en las
gasolinas, además del IVA), etcétera, pero lo cierto es que hay otros impuestos
casi desconocidos. Siguiendo con lo que dice la Aedaf, hay uno en la Rioja del
que yo no había oído hablar: Impuesto sobre el impacto visual producido por los
elementos de suministro de
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Tapa Dura
Sin portes
Solo 12 euros
energía eléctrica y elementos fijos de redes de comunicaciones
telefónicas o telemáticas... ¡WOW! Andalucía tiene un impuesto específico para
las bolsas de plástico de un solo uso y Cataluña uno sobre la emisión de óxidos
de nitrógeno a la atmósfera producida por la aviación comercial. Asturias se
inventó uno sobre fincas y explotaciones agrarias infrautilizadas, y Castilla y
León disfruta del impuesto sobre la afección medioambiental causada por
determinados aprovechamientos del agua embalsada, por los parques eólicos y por
las instalaciones de transporte de energía eléctrica. Este último impuesto
puede que no sea el que más recaude, pero posiblemente sí sea el que tenga el
nombre más largo del mundo.
Y no olvidemos que entre los noventa y ocho impuestos distintos
no se computan otros ingresos adicionales que a estas alturas también se pueden
considerar impuestos o, al menos, pseudoimpuestos, como los recargos, las
multas, algunas tasas encubiertas, y mucho más...
¡DIEZ IMPUESTOS NUEVOS AL AÑO! Casi no puedo creerlo.
Ramón Cerdá
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