Ciegos y sordos, ¿necesitan autorización
para casarse?
por Ramón
Cerdá
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Hace unos días apareció una noticia relacionada con una supuesta
autorización que iban a necesitar ciegos y sordos para casarse. No sé si
realmente es eso lo que quería decir la ley o no, pero lo cierto es que después
de que apareciera la noticia y se armara un cierto revuelo, Justicia parece ser
que quiere aclarar el asunto y niega que en la nueva normativa se refieran a
ciegos y sordos. ¿De verdad fue un error o han querido rectificar sobre la
marcha al ver la reacción ciudadana?
¿Qué pasa con los ciegos y sordos que quieran casarse?
Todo este asunto tiene su origen en la modificación que el dos
de julio de 2015 se hizo del artículo 56 del Código Civil y que está previsto
que entre en vigor el 30 de junio del próximo año 2017. El texto modificado
dice: «si alguno de los contrayentes estuviere afectado por deficiencias
mentales, intelectuales o sensoriales, se exigirá por el secretario judicial,
notario, encargado del Registro Civil o funcionario que tramite el acta o
expediente, dictamen médico sobre su aptitud para prestar el consentimiento».
El texto parece bastante claro y en lo de deficiencias
sensoriales quedarían incluidos ciegos y sordos (no se puede interpretar de
otra manera). ¿O no se entiende así? De ahí la polémica suscitada al
interpretarse que ciegos y sordos van a necesitar un peritaje médico para
casarse porque no podrán prestar libre consentimiento matrimonial, lo cual a
priori parece una atrocidad jurídica.
La modificación legislativa es claramente discriminatoria,
abusiva e inconstitucional, o al menos eso parece. La pregunta que uno se
plantea es si el legislador quería decir eso o es que no ha sabido expresarse y
se estaba refiriendo a otra cosa. Quizá sí quería decir lo que ha dicho y el
cambio ha sido una especie de globo sonda que se ha lanzado con tiempo
suficiente para ver si alguien reaccionaba ante tamaña burrada, como así ha
sido. Si es un globo sonda, esta gente tiene muy mala leche, y si es un error,
resulta ser una chapuza legislativa como tantísimas otras. En cualquiera de los
dos casos, lo ocurrido es de pena.
Ciegos y sordos y el Ministerio de Justicia
El Ministerio de Justicia ha salido al paso (improvisando y con
prisas) y ha anunciado que va a preparar una circular para aclarar que ciegos y
sordos no van a tener que pedir ningún dictamen médico para casarse. En la
circular aclarará el contenido del artículo 56 del Código Civil.
Según dicen, lo del dictamen médico se refiere solo a casos muy
excepcionales en los que la discapacidad es muy grave y la persona afectada
carece de plenas facultades para prestar su consentimiento matrimonial (pero
eso no es lo que dice el artículo modificado).
La circular, no obstante, solo será un parche para calmar las
aguas, porque lo que está claro es que la norma no puede quedar redactada como
está porque es una chapuza en toda regla que deberá ser modificada en trámite
parlamentario.
Me pueden llamar malpensado, pero yo creo que esto no ha sido un
error. Me inclino por la teoría del globo sonda. Vamos a acabar todos como
borregos en un corral.
Ramón Cerdá
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