Joven de 15 años denuncia a su madre
por Ramón
Cerdá
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Un joven de 15 años
denuncia a su madre por requisarle el móvil. Este tipo de noticias son las que
nos hacen pensar en qué tipo de sociedad estamos creando. El simple hecho de
que pueda prosperar una denuncia de este tipo, aunque el juez no le dé la razón
al denunciante, dice mucho de lo que somos y de que nos preguntemos qué hemos
hecho mal en todos estos años.
Joven de 15 años denuncia a su madre
porque le ha requisado el móvil para que estudiase
Evidentemente no lo puede
echar de casa, ni ahora, ni cuando sea mayor de edad salvo que él se
independice, cosa que puede que no haga antes de los treinta. Mientras, vivirá
chupando del bote, haciendo lo que le dé la real gana y, posiblemente y dada su
demostrada actitud, amenazando a su madre con cualquier barbaridad. Por
supuesto que los hijos tienen derechos... ¿Pero qué ha pasado con la autoridad
de los padres y de los profesores? Hemos dado un vuelco a los valores sociales
y hemos creado una tiranía que empieza cuando los niños apenas tienen unos
pocos años y ya saben todo lo que pueden conseguir con sus exigencias. La
verdad, dan ganas de que se acabe la raza humana por falta de procreación.
Este joven que, ¿cómo no?,
tenía su propio teléfono inteligente (probablemente más inteligente que él
mismo) y su conexión a internet, y todo a gastos pagados, ante la acción de su
madre (requisarle el móvil para que estudiase) no ha dudado en presentar una
denuncia por maltrato. Y lo cierto es que hubiera podido pasar cualquier cosa porque
en vista de las sentencias que aparecen continuamente uno ya no se sorprende de
nada, pero en esta ocasión la sentencia ha sido la que tenía que ser: El
Juzgado de lo Penal (ojito, de lo penal, nada de civil) número 1 de Almería ha
absuelto a la madre.
Y digo que podría haber
pasado cualquier cosa porque el fiscal (y no voy a decir lo que pienso de él a
título personal... o de ella, que no sé lo que es, porque si lo digo igual me
demandan a mí por algo) pedía ni más ni menos que nueve meses de prisión para
la madre. ¿Nos hemos vuelto locos?
El juez, con más sentido
común que el fiscal, dice que resulta evidente que la madre estaba en su pleno
derecho a requisar el teléfono de su hijo y que en ningún momento se
extralimitó en sus funciones como madre. Más bien al contrario: «… sería
responsabilidad de la madre el haber dejado a su hijo jugando con el móvil y no
hacerlo estudiar». «Entre las obligaciones que se establecen en el Código Civil
derivadas de la patria potestad está la de preocuparse por la educación de los
hijos, que es precisamente lo que hizo la acusada en la acción enjuiciada, sin
utilizar rigor alguno innecesario para ello».
Señor fiscal... Dedíquese a
otra cosa más inocua antes de seguir pretendiendo arruinarle la vida a la gente
por simple afición.
Ramón Cerdá
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