ARCO IRIS insta a la Xunta a despejar de una vez por todas el
sector de la biomasa en Galicia.
La subasta de renovables celebrada ayer en Madrid ha otorgado un
puesto muy relevante a la empresa Forestalia, con sede en Aragón, a la que se
le han adjudicado 100 Mw para el sector de la biomasa. Nada se sabe del destino
de esos 100 Mw., pero ciertas fuentes del sector apuntan a que Forestalia
podría estar considerando su entrada en Galicia, habida cuenta de las
facilidades que otorga la Xunta para este tipo de plantas de gran potencia. En
estos momentos, no existe un marco legal que impida la instalación de centrales
de más de 50 Mw.
Según la Ley de Acompañamiento de los
Presupuestos Generales de Galicia para el año 2017, aprobada en febrero de este
año y publicada en
se establece en la Disposición
derogatoria primera:
Derogado
Decreto 149/2008, de 26 de junio, que regula el procedimiento de autorización
de las instalaciones de producción de electricidad a partir de la recuperación
de la energía de la biomasa forestal primaria en la región de Galicia.
La Xunta liquida de esta manera el único
obstáculo legal que se oponía a la instalación en Galicia de centrales de
biomasa de potencia superior a los 50 Mw, en consecuencia con la política
energética diseñada por la propia Unión Europea y que ahora se intenta puentear
en fraude de ley y por la puerta de atrás, mediante una ley de segunda
categoría y con la intención de que la maniobra pasara desapercibida.
La Xunta, mediante la Consellería de
Hacienda, deroga la TOTALIDAD de un decreto propio de la Consellería de
Industria del año 2008 y lo adapta a la modernidad de los tiempos que corren,
abriendo la puerta (la puerta de servicio, se entiende), a instalaciones de
enorme potencia que pueden suponen un tremendo impacto ambiental de no
calcularse la oferta de subproductos forestales aptos para su procesamiento ni
la extensión de cultivos leñosos energéticos que pudieran abastecer en el
futuro a estos enormes hornos.
En caso de que se permita la entrada tanto
de Forestalia como de otras empresas similares en Galicia, la plantación de
cultivos energéticos sería una realidad irreversible. Conviene recordar que
empresas como Forestalia están procediendo a llenar islas como Cerdeña de
eucaliptos en turnos de tres años, para abastecer a sus centrales en Italia.
Forestalia está experimentando con estos cultivos seriamente nocivos para el
medio ambiente, con el fin de dar el salto a España y ejecutar aquí una serie
de prácticas forestales que convertirán en un juego de niños la producción de
eucaliptos para pasta de papel.
Las nuevas plantaciones energéticas de
eucalipto usan y abusan de todo tipo de pesticidas como el glifosato, causantes
de la evidente pérdida de biodiversidad en muchos países. En Galicia ya se han
producido impactos de este tipo, como los denunciados por ARCO IRIS en Aranga y
Mazaricos, en montes comunales sometidos a leoninos contratos con ENCE y en los
que ya se están aplicando herbicidas sin ningún tipo de control.
ARCO IRIS exige a la Xunta a que, de forma
inmediata, aclare cual va a ser el papel de la biomasa en el futuro energético
de Galicia y si se van a imponer a las empresas que se implanten en la
Comunidad una serie de requisitos que garanticen un mínimo impacto ambiental, a
la vez que asuman compromisos de mejora natural, como la obligación de limpiar
el exceso de maleza en montes integrados en espacios protegidos.
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