Formación en Valores ¿cómo llevarla a la práctica?
Hay un gran acuerdo en la
sociedad sobre la misión de la educación, ésta no debe solo servir para
adquirir conocimientos, habilidades y destrezas. Además, debe servir para
formar en valores, para conseguir que cada integrante de nuestro alumnado sea
un buen ciudadano, sepa conservar el medio ambiente, respete a
todas las personas independientemente de su condición, raza o forma de pensar,
y que tenga en cuenta la ética y la responsabilidad cuando desempeñe sus
funciones.
Es como si la formación
fuese un bosque y cada árbol representase uno de los aspectos en los que se
debe formar a nuestro alumnado. Sin
embargo un árbol destaca sobre el resto, es mucho más alto, frondoso, vistoso e
importante. Es el árbol del conocimiento, sus frutos son de dos
tipos: aprobado o suspenso. Si un alumno lleva a su casa la fruta del aprobado
todo va bien, y si lleva la del suspenso se considera un fracaso. Con esta
situación ¿qué importa el resto de los árboles?, ¿de qué vale adquirir valores
si suspendes?
El profesorado se suele
preocupar por su árbol, el del conocimiento de su asignatura, sin embargo no
dedica tiempo al resto de los árboles. Por esta razón muchos políticos piensan
que si se quiere enseñar, por ejemplo, ética se debe poner una asignatura sobre
ética. Muchas veces el debate político se centra en qué asignatura
debería ser obligatoria, siguiendo este razonamiento muchas
lo tendrían que ser.
Pero ¿Cuál se pone? ¿se puede cambiar conocimiento por
valores? Si hay una asignatura sobre “respeto a las ideas” y un alumno la
aprueba ¿ya respetaría a los demás?
Realmente no creo que el
camino sea poner nuevas asignaturas, pienso que hay otra forma que sería más
eficaz, es una fórmula muy vieja, conocida tanto por nuestros grandes
científicos como por la sabiduría popular. Decía Albert Einstein que “dar
ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única
manera”, y la sabiduría popular dice que “hay que predicar con el
ejemplo”.
Pues eso, prediquemos con
el ejemplo. Qué mejor manera de enseñar valores que teniendo valores y
llevándolos a nuestra asignatura. Yo por ejemplo, trato de enseñar a mi
alumnado que cooperar es bueno, para el individuo, para el grupo y para la
sociedad. Por esta razón uso la cooperación entre ellos para que se ayuden a
adquirir conocimiento, pero también para que ayuden a alumnado de otras
asignaturas, de cursos venideros e incluso de personas que aún no se han
matriculado en la asignatura (y lo he conseguido ).
Hay muchas actividades de
innovación educativa que se basan en valores, con ellas se demuestra que esos
valores se pueden aplicar y que funcionan. Es cierto que la educación es como
el bosque formado por árboles y que cada árbol representa lo que queremos que
sean nuestros adolescentes. Pero no debemos centrarnos en los árboles, sino en
las raíces de los mismos que están interconectadas. Podemos y debemos
incorporar formación en valores dentro de todas y cada una de las asignaturas.
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