A 10 días de la constitución del Parlament, con Junqueras
en la cárcel ¡y sin solución a corto plazo! y Puigdemont incordiando con
el plasma o holograma desde Bruselas, acojonado él y los suyos ante la
posibilidad o mejor seguridad de que si aparece por Barcelona acabe en la misma
celda que su ex socio, ahora oponente, o enemigos íntimos, el panorama político
se halla tan disparatado como la tomenta de nieve y viento con que se han
cerrado las vacaciones de Navidad, fin de Año, y Reyes.
Unas fiestas donde excepto alguna mamarrachada en las cabalgatas de reyes la Calle Catalana ha disfrutado de la paz y tranquilidad que merece, e incluso diría que en las fiestas familiares ha reinado una envidiable concordia. La concordia de orillar el tema, e incluso leyendo chistes sobre nuestros tristes políticos trasmitidos por wapsap.
Pero el 'teatro del absurdo' o inmenso ridículo no se acaban. La Ley de Murfhi multiplicada a la enésima potencia. En las redes se lee -es decir lo publican ellos mismos o fuentes próximas- que se presione a ANC, a Ómnium Cultural, y a los Comités de Defensa de la República, que organicen una 'marcha verde' desde Perpiñán a Barcelona. Una invasión.
En el Ampurdán hoy hubiera sido un buen día para esa 'marcha verde'. Recuerdo aquella del Sahara, masas blandiendo banderas contra el más o menos armado Ejército Español, que como todo el mundo sabe ante una masacre y con Franco agonizando se retiró. Dicen intervinieron unos 350.000 marroquíes abanderados y portando fotos del Rey Hassan II.
¿Podemos figurarnos 350 mil fanáticos independentistas -número muy posible entre enchufados, subvencionados y corruptos- encabezados por Puigdemont, esteladas al viento, cantando 'els segadors', andando desde Perpiñá a Barcelona, y entrándole en volandas en el Parlament? Cuando lo he leído me he dicho que si la Gerdarmería Francesa no les disuelve a porrazos, o la nieve y viento no les disuade, el espectáculo sería digno del más ridículo final para el 'procés'.
Digo no merecen se les aplique la fuerza, únicamente la necesaria para, tras la bufonada de sentar en el trono al president de la república, o rey del Carnestoltes, ponerle una camisa de fuerza y trasladarlo a Madrid.
Unas fiestas donde excepto alguna mamarrachada en las cabalgatas de reyes la Calle Catalana ha disfrutado de la paz y tranquilidad que merece, e incluso diría que en las fiestas familiares ha reinado una envidiable concordia. La concordia de orillar el tema, e incluso leyendo chistes sobre nuestros tristes políticos trasmitidos por wapsap.
Pero el 'teatro del absurdo' o inmenso ridículo no se acaban. La Ley de Murfhi multiplicada a la enésima potencia. En las redes se lee -es decir lo publican ellos mismos o fuentes próximas- que se presione a ANC, a Ómnium Cultural, y a los Comités de Defensa de la República, que organicen una 'marcha verde' desde Perpiñán a Barcelona. Una invasión.
En el Ampurdán hoy hubiera sido un buen día para esa 'marcha verde'. Recuerdo aquella del Sahara, masas blandiendo banderas contra el más o menos armado Ejército Español, que como todo el mundo sabe ante una masacre y con Franco agonizando se retiró. Dicen intervinieron unos 350.000 marroquíes abanderados y portando fotos del Rey Hassan II.
¿Podemos figurarnos 350 mil fanáticos independentistas -número muy posible entre enchufados, subvencionados y corruptos- encabezados por Puigdemont, esteladas al viento, cantando 'els segadors', andando desde Perpiñá a Barcelona, y entrándole en volandas en el Parlament? Cuando lo he leído me he dicho que si la Gerdarmería Francesa no les disuelve a porrazos, o la nieve y viento no les disuade, el espectáculo sería digno del más ridículo final para el 'procés'.
Digo no merecen se les aplique la fuerza, únicamente la necesaria para, tras la bufonada de sentar en el trono al president de la república, o rey del Carnestoltes, ponerle una camisa de fuerza y trasladarlo a Madrid.
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