Es
meritorio e inteligente aprender de los errores, hay un viejo aserto que
dice: Las personas no se distinguen por las veces que se caen, sino, por
las veces que se levantan”, o mejor señalar que el éxito está en aprender de
los errores, los cuales muchas veces son muestras puestas adrede en el largo
camino de la vida para empresas de mayor tamaño que nos esperan.
Nunca
sabemos si una desgracia puede devenir en un éxito, no sabemos si lo que nos
sucede es un éxito o una desgracia, todo se verá en el futuro al volver la
vista atrás en nuestros pasos.
No
hay peor error o peor actitud que no hacer caso del camino transitado, ni peor
sordo que el que no quiere oir, ni peor necio que el que no es ciego y no es
capaz de ver.
La
historia es contundente, nos refleja si acertamos o erramos, ella bien
analizada nos permite orientar nuestra vela para endereza y aderezar nuestro
camino futuro.
En
el caso de los Guardias Civiles Democráticos, podemos decir que a pesar de
toda la contundencia delictual empleada con nosotros, a pesar de la cal
vertida en el pozo en el que hace muchos años nos arrestaron para nuestra
muerte total, la realidad del burro que sabía espabilarse y moverse fue una realidad.
Hace
ya muchos años, los delincuentes que formaban parte del gobierno de España , encabezados por los
socialistas del PSOE, y por sus capitanes Felipe González Marquez, y por
Alfonso Guerra, conocidos por el Rey Sol y por el Hermánísimo, para garantizarse
que toda su corrupción quedara impune, organizaron lo que hoy conocemos con
papeles en la mano la delictual OPERACIÓN COLUMNA, operación contra todos y
especialmente contra los Guardias Civiles Democráticos que se empecinaban en
apoyar la democracia y los valores humanos, haciendo oposición clara y
contundente contra la corrupción que encarnaron estos señores, especialmente
condenados por el TEDH que condenó al gobierno del PSOE por vulnerar los
derechos humanos de miles de personas en una España Democrática.
Los
grupos que dirigía este expresidentes Felipe González, delincuente firme al ser
condenado por el TEDH, por el delito de mayor gravedad que se pueda atribuir a
un responsable público, se encargó de dar escarmiento , yendo casa por casa y
de noche para detenernos a todos al objeto de que sirviera de escarmiento
general y que todos rendieramos pleitesía y temor a sus artes delictuales. De
noche y para atemorizar llegaron a nuestros domicilios, los juzgados abyetos y
viles tendidos a sus pies y pensando en las carreras de sus titulares firmaban
lo que el mandarín Felipe González, les indicaba en cada momento, y así poco a
poco nos fueron enterrando en pozos con parte de la cal que utilizaron para el
terrorismo de estado, el GAL, etc.
El
Rey Sol, sucumbió a tanta alegria, en su imperio ya no se ponía el sol , que
llamó a cientos de sus legiones de la corrupción para que cada uno echara una
palada de tierra para que que nunca más pudieran salir del pozo y quedar
enterrados de por vida. Comenzaron las detenciones, los prisiones, los
encierros por arrestos, los encierros en los psiquiátricos de la democracia de
Felipe González.
No
contaban con que los burros sabías sacudirse y tras cada palada de tierra, nos
sacudiamos y ya estábamos preparados para la próxima, hasta que llegó la última
palada de tierra y la sorpresa fue enorme, del agujero habíamos subido al cielo
abierto, y cuando salimos era tanta nuestra fuerza que ya no han podido
pararnos.
El
burro, o los burros que aprendimos a sacudirnos estamos hechos a todo y ya no
nos fiamos de nadie, ahora que estamos a cielo descubierto, comienza la gran
batalla de esta enorme guerra y os vamos a pasar la factura
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