EL PRINCIPIO DE LA
INCERTIDUMBRE.
Autor: 2018-01-28 José Piñeiro , Periodista y Dtor
VP
Los espartanos señalaban: “No debemos preguntar cuántos son nuestros
enemigos, sino dónde están”. Hay personas que sólo se preocupan de restar en
vez de sumar, de deshacer en ver de conjuntar, pasan por la vida con gran dolor
y con gran infelicidad, y a pesar de que la naturaleza es sabia, ellos no lo
comprender, los clásicos lo dejaron escrito, hace falta leer un poquito y lo
resumieron en algo que no somos capaces de entender, dicen: “Las
enfermedades son oportunidades que te da la naturaleza para cambiar”. Por muy
viejo que es el aserto son muy pocos los que lo entienden.
Para cualquier ser humano convivir con la incertidumbre es incómodo. Necesitamos
de alguna manera controlar lo incontrolable. La preocupación es precisamente
eso, una forma de control. Por lo tanto, es normal preguntarse lo que te
preguntas ahora mismo.
Este principio tiene sin duda un efecto calmante y
sin química aparejada, llama poderosamente la atención y puede servir para
cualquier contexto, las preocupaciones son parte fundamental de cualquier patología y
preocuparse de las cosas cuando ya no es el momento ni tienen solución y pueden
ser causas de patologías y de enfermedades que nos hagan perpetuamente
infelices.
La preocupación o las
preocupaciones en plural
suelen ser los hilos conductores de todos los trastornos conocidos pero como buenos actores de las preocupaciones
y malos observadores centramos todos nuestros asuntos en las preocupaciones
negativas sin ser capaces de centrarnos en el objetivo positivo de la
felicidad.
Bertrand Russell dijo: La mayoría de los hombres y de las mujeres son
incapaces de controlar sus pensamientos….No pueden deja de pensar en cosas
preocupantes en momentos en que nos se puede hacer nada al respecto. Se llevan
los problemas a la cama, cuando deberían descansar y cobrar nuevas fuerzas para
afrontar los problemas de mañana, no paran
de darle vueltas a la cabeza
cuando en ese momento no pueden hacer nada. El sabio sólo piensa en sus problemas cuando tiene sentido
hacerlo; el resto del tiempo piensa en otras cosas o, si es de noche, no piensa
en nada. Yo añado: “Cuidadito con lo que
piensas que se puede hacer realidad”.
Es mejor concentrarse al
máximo y aprender a ser felices y sobre todo en dar un solo
corte en la raíz y no muchos en las hojas, un solo golpe en la parte
principal hace que los efectos sean muy eficaces y rompan con toda preocupación, y con toda incertidumbre. El ser
humano no tiene siempre todas las respuestas a cualquier problema, mantiene
desde que nace una cadena consistente de preocupaciones e incertidumbres.
Para las preocupaciones hay
una receta, lean , lean, lean, leer es muy
sano y cuesta poco dinero. Además mientras estamos leyendo nuestra imaginación
se enriquece, nuestro cerebro se oxigena y la mente se mantiene distraída; y la
distracción siempre es una excelente terapia.
Leer significa alcanzar la sabiduría y tener ganas
de saber. Los libros no se escriben solos, detrás de cada libro hay una persona
con ganas de comunicar, de expresar lo que sabe, lo que siente, lo
que ha ocurrido y o lo que ha imaginado, en resumen se quiere trasmitir algo. Eso tiene gran valor y también un enorme
poder: El poder de las palabras.
El poder de las palabras es terapéutico además de poderoso, es inmenso, pero
ese poder se lo damos nosotros dependiendo de cuánto nos importe quién nos lo
diga y de cómo se exprese.
Siguiendo al hilo del poder de
las palabras, no queda más
remedio que nombrar al gran filósofo francés del siglo XVI, M.E. Montaigne que
decía: “La palabra es mitad de quien la
pronuncia y mitad que quien la escucha”. Nuestras emociones cambian según
elijamos unas y otras y a veces transmiten algo químico inexplicable.
El poder de la palabra en todo su sentido puede ser el poder del sí tú puedes, el de la imaginación al poder
y el de gozar mientras se vea amanecer y del éxito de conseguir la felicidad.
Para terminar;
La incertidumbre , el subconsciente, y el problema
deja de afectarnos y de hacer daño y de enfermarnos desde el momento que sabemos que algo puede
suceder como ser imposible que suceda, es lo que los chinos calificaron como ; “Si un problema no tiene solución está
solucionado”. Hay veces que los problemas son como la incertidumbre deben
madurar para que se solucionen, y además siempre ocurre que cada momento, cada
tiempo y cada acto tiene en el universo su contundente respuesta, sólo queda
sentarse y esperar.
Ulpiniano celebraba la fiesta
de la vida, diciendo: “Dar
a cada uno lo suyo, No hacer daño a nadie y vivir honestamente, y lo hacía llamando
a estos tres elementos la virtudes de la conducta. No estamos acostumbrados a
escuchar el viento pero en él siempre va el mensaje.
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