Alejandro Parga Periodista V.P. Actualizado: 16/01/2013
Han sido muchos los políticos de la formación conservadora que han prestado su pecho para defender al que fue mano derecha de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.
La lista es amplia: Maria Dolores de Cospedal, Ignacio González, la Defensora del Pueblo, el PP de Madrid, Eduardo Zapalana... En todos los casos el argumento era similar: Juan José Güemes había superado los dos años que marca la ley de incompatibilidades y su asesoramiento era perfectamente legal.
En realidad ninguna voz había cuestionado la legalidad del cargo de Güemes, sino la falta de ética y estética.
Cospedal fue concluyente: "Güemes hace cinco años que no es consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid, no entiendo dónde está el equívoco".
Este mismo martes, Zapalana, en una entrevista en El Programa de Ana Rosa, de Antena 3, ha quitado trascendencia a la polémica: "Esto es lo que ha pasado siempre. Ni siquiera voy a poner un nombre encima de la mesa, pero si usted repasa los gobiernos desde Suárez hasta nuestros días, todos los ministros se ganan la vida, como es normal, fuera de la política. Yo no contribuiría a ese debate diciendo fulano y mengano. Me parecería un error".
También este martes el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha señalado que le parece "bien" que los políticos, cuando hayan dejado su actividad, "puedan desempeñar actividades laborales en empresas que han tenido relación con la administración". "Me parece bien, cumpliendo los parámetros legales que están establecidos", ha dicho. Tras conocer la renuncia de Güemes ha subrayado que le parece "muy bien".
Soledad Becerril, Defensora del Pueblo, fue mucho más explícita cuando se le preguntó por la cuestión: "¡Pero qué Estado tan perseguidor!", lamentó.
El PP de Madrid también salió en defensa del exconsejero por boca de Lucía Figar, quien aseguró que "la pertenencia a consejos de administración de empresas privadas es el denominador común de los exministros socialistas". Pedro Solbes, consejero de Enel, o Elena Salgado, consejera de Enersis, fueron algunos de los nombres citados. "La izquierda, como siempre, critica lo que tiene en su propia casa. No se puede ser más oportunista", se quejó.