Lo estamos viendo por todas
partes. En Portugal han prohibido ir al médico a pesar de cobrarles un
dineral, en Francia quienes tienen algo en el banco se marchan del país,
en Grecia levan años de manifestaciones ya que el personal no puede sobrevivir,
el Estados Unidos va a producirse el mayor atraco al contribuyente hasta
la fecha… Aquí después de la tremenda subida de impuestos ya tenemos de nuevo
subidas de la luz, agua, teléfono, tabaco, de la mayor parte de los servicios…
siempre con la amenaza de que el estado de bienestar se va al carajo… ¿El
bienestar de quién? Lo que le está ocurriendo al ciudadano de pie, no tiene
nada que ver con su bienestar.
Quienes si están manteniendo
integro su bienestar es toda la caterva de políticos, politiquillos,
parlamentarios, jefes de la nada o enchufados a la teta presupuestaria, cuyos
recortes se han basado en tener a disposición de alcaldes y similares de un
coche de alta gama en vez de los dos mas habituales o pasar del centenar de sus
asesores a ochenta.
Cuando Mariano Rajoy
entró a gobernar desperdició el momento para solucionar los problemas de base
del pais y fue cuando los socialistas desalojaron sus múltiples mamandurrias y
fuentes de despilfarro de sus acólitos que ocupaban cargos en los miles
observatorios, diputaciones, empresas públicas, televisiones autonómicas,
paradores nacionales, fundaciones etc. como innecesarias fuentes de gasto y
despilfarro, cuando fueron simplemente substituidos por otros personajes
malgastadores y corruptos, cuya diferencia era simplemente tener un carnet de
partido de otro color. Ni un solo gesto contra la corrupción de las castas
autonómicas y municipales.
El Gobierno cierra el año con
un altísimo nivel de rechazo popular: en la más reciente encuesta de Sigma Dos,
dada a conocer este domingo por el diario El Mundo, nada menos que el 60% de los
consultados afirma tener una imagen mala o muy mala del Ejecutivo de Mariano
Rajoy. Y de la clase política en general. Aquí no se salva
nadie.
En cuanto a la valoración de
los ministros, ninguno obtiene el aprobado; de hecho, salvo Soraya Sáenz de
Santamaría, todos obtienen pésimas calificaciones, por debajo del 4. Rajoy ha de
conformarse con un raquítico 3,55, muy inferior al 4,28 cosechado por su
vicepresidenta (4,28) y al 5,43 que cosechó él mismo el pasado enero.
Significativamente, los réditos de este desgaste fenomenal del partido
gobernante no los está recogiendo el PSOE, tan culpable de la pavorosa situación
que enfrentamos, sino IU y UPyD.
Era inevitable que el
Partido Popular pagara la crisis en los sondeos. Pero sólo hasta cierto
punto. Y es que el PP está ganándose su impopularidad a pulso, con sus vaivenes,
sus promesas incumplidas, sus improvisaciones, sus silencios, sus zigzagueos. El
Gobierno de Rajoy tiene un problema de comunicación, sí, pero éste a su vez es
consecuencia de un problema de mucho mayor calado: el Gobierno de Rajoy
carece de estrategia porque no cree en su proyecto, ni siquiera ha cumplido una
de las promesas que hizo a sus votantes como atajar los abortos, eliminar la
memoria histórica y tantos y tantos agravios de tipo ideológico del
socialismo. Así de sencillo.
Si Rayoy creyera en si mismo,
no hubiera tomado muchas de sus peores medidas, las más intervencionistas, las
más lesivas para las libertades de los españoles, las que más han desagradado a
tantos de sus votantes. Las más contraproducentes. Todo son medidas para ver si
suena la flauta.
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