Mariano Rajoy entrega a Gerardo Fernández-Albor la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, | Foto: Lavandeira / Efe.- Defiende que es posible 'mantener la singularidad con la cohesión nacional'
- Sostiene que España quiere encabezar el proyecto común europeo
- Margallo pronostica que 'los secesionistas fracasaron y fracasarán'
Marcos Sueiro | Santiago
Alejandro Parga Periodista. V.P.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó la entrega de la Gran Cruz de Isabel La Católica al ex presidente gallego, Gerardo Fernández-Albor, para realizar una defensa encendida de la unidad de España y del "proyecto común" que nace de la Constitución de 1978.
El momento elegido por Rajoy fue la laudatio a Fernández-Albor y es que el "galleguismo integrador" del condecorado debe ser el ejemplo que "debemos seguir los españoles". El presidente sostiene que es posible "mantener la singularidad con la cohesión nacional y porque lo nuestro es un éxito colectivo y nada impedirá que lo siga siendo".
El presidente del Gobierno que enfatizó todas las frases referidas a la unidad de España remató sus alusiones al proyecto nacional con la manifestación de que "España quiere encabezar un espacio común en Europa" y añadió "si antes hemos sido capaces, en el futuro seremos capaces".
Mariano Rajoy, que cuenta con las virtudes del buen gallego, optimismo prudente y sólido formación, según Albor, puso el espíritu de consenso y la vocación europea del primer presidente de la Xunta como ejemplo de que es posible "el anclaje cultural y lingüístico en la realidad española y europea".
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se anticipó al presidente Rajoy y vaticinó un futuro común para los españoles "porque si antes fracasaron los secesionistas, ahora fracasarán más y si salimos antes de la crisis, saldremos ahora" y esa garantía según Margallo es la "enorme pasión por España y por cambiar el país" que tiene el Gobierno.
El jefe de la diplomacia española realizó un pequeño recorrido por los esfuerzos históricos realizados por los españoles para conseguir el consenso. El ministro citó al conde de Barcelona, Juan de Borbón, y al manifiesto de Lausanne en 1945 o al propio manifiesto de Munich. Además, recordó como la identidad de las comunidades es compatible con la unidad de España como acreditaron los valencianos al interpretar en 1909 el himno valenciano ante el rey Alfonso XIII, quien al escucharlo comprobó "el compromiso de los valencianos con la patria común".
El acto de entrega de la Gran Cruz supuso el reconocimiento al primer presidente de la Xunta de Galicia. Y es que de ese mismo gobierno formaron parte el presidente Rajoy, como vicepresidente y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay, como consejero. El ex presidente gallego, nonagenario pero lúcido, renovó su compromiso con Galicia, España y Europa
El momento elegido por Rajoy fue la laudatio a Fernández-Albor y es que el "galleguismo integrador" del condecorado debe ser el ejemplo que "debemos seguir los españoles". El presidente sostiene que es posible "mantener la singularidad con la cohesión nacional y porque lo nuestro es un éxito colectivo y nada impedirá que lo siga siendo".
El presidente del Gobierno que enfatizó todas las frases referidas a la unidad de España remató sus alusiones al proyecto nacional con la manifestación de que "España quiere encabezar un espacio común en Europa" y añadió "si antes hemos sido capaces, en el futuro seremos capaces".
Mariano Rajoy, que cuenta con las virtudes del buen gallego, optimismo prudente y sólido formación, según Albor, puso el espíritu de consenso y la vocación europea del primer presidente de la Xunta como ejemplo de que es posible "el anclaje cultural y lingüístico en la realidad española y europea".
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se anticipó al presidente Rajoy y vaticinó un futuro común para los españoles "porque si antes fracasaron los secesionistas, ahora fracasarán más y si salimos antes de la crisis, saldremos ahora" y esa garantía según Margallo es la "enorme pasión por España y por cambiar el país" que tiene el Gobierno.
El jefe de la diplomacia española realizó un pequeño recorrido por los esfuerzos históricos realizados por los españoles para conseguir el consenso. El ministro citó al conde de Barcelona, Juan de Borbón, y al manifiesto de Lausanne en 1945 o al propio manifiesto de Munich. Además, recordó como la identidad de las comunidades es compatible con la unidad de España como acreditaron los valencianos al interpretar en 1909 el himno valenciano ante el rey Alfonso XIII, quien al escucharlo comprobó "el compromiso de los valencianos con la patria común".
El acto de entrega de la Gran Cruz supuso el reconocimiento al primer presidente de la Xunta de Galicia. Y es que de ese mismo gobierno formaron parte el presidente Rajoy, como vicepresidente y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay, como consejero. El ex presidente gallego, nonagenario pero lúcido, renovó su compromiso con Galicia, España y Europa
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