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Maltrato infantil, ¿adónde hemos llegado?
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El maltrato infantil es algo que detesto y no creo que nadie me
pueda acusar de lo contrario. Es algo para mí indefendible, pero como tantas
cosas en nuestra sociedad, en los últimos años estamos viendo una serie de
situaciones ridículas y preocupantes que deberíamos hacernos mirar en un
psiquiatra. Que el maltrato infantil debe ser abolido, por supuesto, ¿pero qué
es maltrato infantil?
Maltrato infantil
Quien más y quien menos nos hemos llevado algún que otro
bofetón, no solo de nuestros padres, sino también de nuestros maestros. Yo ando
por los cincuenta, tampoco es que tenga noventa años, o sea que hablo de hace
cuarenta años. No es tanto tiempo. Yo no considero que haya tenido una mala
infancia ni que haya sido maltratado, lo cual no quita lo que ya he dicho,
algún que otro bofetón me he llevado y en su momento no siempre los consideré
justos, que todo hay que decirlo. Pero señores, eso no es maltrato infantil, no
digamos tonterías.
En la actualidad hay otro factor que está sacando del tiesto
estos conceptos, y me estoy refiriendo a las separaciones matrimoniales y la
custodia de los hijos. Los hijos se reparten entre fines de semana y vacaciones
y, aprovecho también para decir, esto puede ser muy frustrante para los niños,
pero también hay algunos que se aprovechan de la situación para sacar pecho.
Hagamos un ejercicio de memoria. Cuando éramos niños siempre
queríamos salirnos con la nuestra, pero conocíamos muy bien nuestras
limitaciones porque la figura de nuestros padres y de nuestros profesores eran
figuras de autoridad, tanto como podría serlo un policía o el Papa de Roma. Los
niños de entonces sabíamos que teníamos que obedecer unas normas que eran necesarias.
Eso se ha ido perdiendo con el tiempo, en parte porque aquellos niños de
entonces, cuando hemos tenido nuestros propios hijos, los hemos querido mimar
demasiado, equivocadamente me temo. Queríamos que vivieran mejor que nosotros,
como si nosotros hubiésemos pasado un infierno, y eso no era así. A nosotros
(por supuesto sé que hay casos de malos tratos reales y alguno conozco muy
cercano) solo nos habían dado algún bofetón de vez en cuando para volvernos a
meter en el camino marcado que había que seguir, eso es todo. Ningún trauma,
nada de ingresos en hospitales ni de extraernos unos perdigones del trasero.
Pero ahora un padre le da un bofetón a su hijo y no solo lo
acusan de maltrato infantil sino que nuestra sabia fiscalía no duda en pedir
cárcel para el «peligroso delincuente».
Caso real y reciente de «maltrato infantil»:
El pasado 31 de agosto y según dice la fiscalía: «sin ningún
motivo aparente», el padre dio un bofetón en la cara (¿Dónde iba a dárselo si
no?) a su hijo menor de edad. Las gafas cayeron al suelo y se rompieron.
Personalmente pienso que el secreto de todo este absurdo es que
los padres estaban separados y la madre ha aprovechado el incidente para
demandar al padre por malos tratos.
Ahora la fiscalía afirma que los hechos son constitutivos de
delito de malos tratos en el ámbito familiar y solicita ONCE MESES DE PRISIÓN,
la privación al derecho de tenencia y porte de armas, el pago de las costas
procesales, la prohibición de aproximarse a la persona y domicilio de su hijo a
menos de 200 metros, a no poder comunicarse con él durante dos años y al pago
de una indemnización de 460 euros.
Señores... este mundo se nos ha ido a la mierda.
Ramón Cerdá