LA DIADA Y EL 155 DE LA CONSTITUCIÓN
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 10-9-2018. Los catalanes padecemos un ineficaz o inútil govern cuyo
único objetivo se centra en la República de Cataluña, para insisto
zafarse de 38 años de 'corrupción y malversación'. Casi lo consigue, y
mañana pretende de nuevo colapsar la Diagonal de Barcelona. Siete años en que
la mayoría de catalanes aguantamos las continuas 'diadas' o similares,
alcanzando el pasado año un grado de 'no violencia' muy cercano a la violencia
callejera abierta.
Y tras la Diada la amenaza de detener la circulación de trenes y quemar
neumáticos en las autopistas, ya ensayados el pasado año. amén de oponerse e
impedir órdenes judiciales investigando 'malversaciones'. Mañana
pretenden mostrarnos de nuevo su capacidad. No importa sean cien mil o un
millón, al igual que en las últimas seis diadas, seguirán siendo minoritarios
en la sociedad catalana pero demostrando, que entre la capacidad de
convocatoria de la Generalitat y la total movilización de TV3 y cientos de
medios subvencionados, se transforman unos fanatizados sectarios o 'vividores
del cuento' en peligroso chantaje político.
Tras afianzar su masa-pesebre o secta religiosa 'made in Pujol' -mística y
corrupción- los profesionales de la independencia copan el Parlament y lo
cierran tres meses para anular la Oposición. A Ciudadanos, el partido más
votado en Cataluña en las últimas elecciones autonómicas, a pesar de su
apenas presencia en los medios catalanes, le cortan su más efectiva
focalización, es decir TV3 que retransmite las sesiones parlamentarias.
Ciudadanos queda reducido a los medios madrileños. Unos medios que entre la
oposición a Rajoy y su consiguiente defenestración, tratán la 'secesión
catalana' con un guante de seda rayano en la colaboración.
Políticos entre ridículos y escatológicos tipo Rufián o Tardá y periodistas
de los subencionados medios catalanes aparecen en la actualidad en las
televisiones madrileñas sumando minutos y hasta horas a la intensa y total
propaganda independentista en Cataluña. Alegando la 'libertad de expresión'y
'derechos democráticos' consiguen que parezca normal segregar Cataluña de
España. Una segregación que arruinaría y por tanto dinamitaría a las dos.
Y a más abundancia la llamada izquierda madrileña, predicando el llamado
'diálogo', se lanza contra cualquier aplicación del artículo 155 de la
Constitución interviniendo la Autonomía. El eslogan que acabó con Rajoy. Un
diálogo que los impuestos o sabedores del ambiente catalán saben que es
inútil ante esa República de Cataluña instalada en Waterloo, que maneja
la política catalana a través del xenófobo Quim Torra.
Un rio o malversación de viajes y dinero entre Barcelona y Bruselas. Una
Bruselas donde pululan abogados defensores de etarras y ultraizquierda repleta
de secuestradores y asesinos, que a suponer cobran en negro, convertido en
blanco a través de facturadas minutas. Resultaría interesante consultar esas
minutas en la Hacienda o colegios profesionales belgas.
Bélgica un país tan hipócrita como la propia Cataluña con problemas de
'secesión', aunque no se planteen ocupar sus 'autopistas y trenes'.
Un país que lo mismo anula una euroorden que acepta denuncias contra el juez
que la decretó. Jamás en España con una muy controvertida Justicia se le
ocurrió a nadie denunciar al juez belga que propició la práctica libertad a
asesinos etarras. Un socio de la UE con el que se deberían cortar las
relaciones diplomáticas.