ESPAÑA SIN
DEMOCRACIA.
Autor. 2019-01-05. José Piñeiro Dtor y Periodista de VP Presidente del SUGC y del Movimiento Democrático de la Guardia Civil.
Un Hombre aferrrado a su Arma: Josmán, el Guardia Civil que desde la DGGC, ante el pie del poder, cogió el papel y el bolígrafo y se dedicó a remover conciencias, siempre al lado de sus ciudadanos, del pueblo, de nosotros sus compañeros. Hizo bueno nuestro querido compañero y poeta, aquello que el Movimiento Democrático de la Guardia Civil difundió por toda España "Tenemos la Fuerza de la Razón y no la Razón de la Fuerza". Amigo y compañero Josman que el universo nos permita tenerte siempre aferrado a tu arma silenciosa y callada.
Dice Josman desde su Tribuna:
La
democracia no es sólo votar cada cuatro años, a veces da la sensación que ni
Sánchez, ni Casado, ni Iglesias ni Rivera, saben lo que es en ocasiones.
Cuando un
prior de una orden Benedictina, está por encima de los acuerdos parlamentarios,
y los del gobierno, debemos de decir y digo que: un Estado llamado democrático
deja de serlo.
Si no se
da con urgencia la separación de Iglesia y Estado, como hizo Francia en 1906,
es que seguimos en aquel Estado que dijo A.
Machado, un Estado de “cerrado y sacristía” “La España de charanga,
devota de Frascuelo y de María”.
A la
Iglesia hay que respetarla, paro hay que separarse de ella, dejar de
subvencionarla o mantenerla con 11.000 millones de Euros anuales, respeto sí, a
todas las creencia, separación también, no se puede estar a los caprichos de
una religión que en el pasado ha traído demasiada decadencia a esta España,
desde la expulsión de los judíos y moriscos, años después de finalizar la
reconquista.
Un Estado
no puede estar al pairo de lo espiritual, si la Iglesia no reacciona, debe de
reaccionar el Estado y su democracia, si no es así, esta democracia no sirve, y
su judicatura parece que sólo sirve para robaperas.
El Valle
de los Caídos, es patrimonio del Estado, y por ende de todos, y lo que es de
todos no puede decidirlo un prior, aunque se llame a su suelo sagrado.
Sagrado
sí, para un sector de creyentes y devotos, pero ¿y para el resto? Los derechos
de unos pocos no pueden prevalecer sobre los de todos.
JOSMAN.