El Caparazón Dejo, unos días después de su publicación en catalán, la entrevista que me hacía Xantal Llavina para los periódicos Avui – El Punt. Agradecer desde aquí su profesionalidad, así como haber sabido entender este nuevo medio: Usted es investigadora y formadora en Innovación social, entornos colaborativos, Dinamización de comunidades, redes sociales, Tendencias web, empresa 2.0, ¿en qué momento nos encontramos ahora? Ha estallado todo en los últimos años … Sí… pienso que lo que vivimos, gracias a la madurez de las TIC, la de la llamada Sociedad red y la interconectividad que posibilita es la eclosión, tal y como comentas, o mejor el resurgimiento de algo muy antiguo e importante para los seres humanos: la importancia del círculo social. De alguna forma los “media” vuelven a estar en la plaza del pueblo, vuelven a la comunidad, vuelven a ser, en gran medida, sociales, resolviendo en parte la soledad, el aislamiento del hombre moderno que han destacado muchos sociólogos, filósofos, etc. Usted habla de Entornos Personales de Aprendizaje y de Educación 2.0, Innovación educativa, qué educación propone? Simplemente una educación mejor, que enseñe a los jóvenes a plantar y hacer crecer las semillas del cambio en un terreno tan abonado y fructífero como lo es la web. Hemos pasado de una época de muchas preguntas sin respuesta (incluso pienso que nuestros padres dejaron de hacérselas) a un universo de datos, de posibilidades de investigación, que sólo necesita que motivemos a los jóvenes para hacer las preguntas adecuadas. He visto que incluso en la red proponen como Ministra de Cultura y Enseñanza, le gustaría? ¿Sí? Esperemos que la idea no prospere, que vivo bastante bien, hoy por hoy. De lo que estoy segura es de que los autores de la idea serían perfectos miembros de un equipo potente, muy potente. No hay buenos o malos ministros (o directivos), creo, sino gente con muy buenas ideas que, bien motivada y organizada, puede llegar muy lejos. En educación, además, estamos hablando de personas que han elegido dedicar su vida al conocimiento más que a sólo ganar dinero, lo que los hace aún más interesantes y potentes para el “pro común”. Pienso que, después de las “ganas de estar juntos”, la curiosidad y ganas de aprender que nos caracterizan a todos los que, de una u otra manera, estamos en el sistema educativo, son motivadores muy importantes para los seres humanos. Sociabilidad y pasión por el conocimiento, ambos son los que están haciendo crecer Internet con tanta fuerza. Ayer mismo inauguraba el congreso estatal Escuela 2.0 y lo pensaba: aunque estamos sólo al principio de un camino largo, no deja de ser interesante ver cómo la educación está siendo líder en la adopción del cambio de herramientas pero sobre todo de mentalidad que supone todo esto de la web social. Y no con espíritu de difusión, que es lo que mueve a muchas empresas a acercarse a los llamados social media sino desde la conciencia que a mí misma me motiva de que son posibles con internet, muchas cosas que antes habíamos considerado sólo utopías. En la red, forma parte de varias comunidades, comités científicos de expertos en social media, y tendencias de futuro en la web, etc … ¿Hacia dónde iremos? ¿Cómo será el futuro digital dentro de nuestras vidas? En occidente, el futuro digital será indistinguible del no digital. Hay una antigua frase de Alan Kay que dice que la tecnología sólo lo es para los que han nacido antes que ella. Hoy hablamos de realidad aumentada, en poco tiempo no imaginaremos la realidad sin la capa de datos agregados que nos proporciona Internet, como hoy no la imaginaríamos sin luz. Se habla ya de postdigitalismo, de todos / as y los procesos y objetos conectados y mejorados gracias a la red. Me gusta especialmente el concepto de “realidad” aumentada porque, aunque se imagine a veces un futuro desnaturalizado, lejano a la realidad, no es éste el único escenario posible y de hecho es mucho más factible imaginarlo real, muy real, pero enriquecido gracias en la web. Dolors Reig es autora principal del espacio sobre TIC y educación “El caparazón”, con muchos seguidores donde habla de muchas temas. Como por ejemplo: Los cerebros progresistas toleran mejor la complejidad, los cerebros conservadores tienen miedo … ¿qué quiere decir exactamente? La frase es extraída de una investigación reciente que, simplemente, muestra en diferentes zonas cerebrales la realidad de esta idea. No es una idea nueva pero ahora, cuando resulta el tema correlaciona con tener mayores áreas o zonas cerebrales asociadas al procesamiento de ideas complejas y al miedo, respectivamente, parece que aún le tenemos que dar más credibilidad. No sé si el tema es realmente neurobiológico, psicológico (vivencial) o las dos cosas, ni me atrevería a establecer ningún tipo de relación de causa efecto, pero no pienso que sea demasiado atrevido decir que el miedo a enfrentarse con la incertidumbre suele estar ligado a la reticencia a cualquier tipo de cambio. Qué es lo que pasa en nuestros cerebros cuando leemos, en pantalla o papel, una historia, ¿qué diferencia hay? El tema del papel es curioso …. los que hemos crecido rodeados de libros dotamos el papel de unas cualidades casi místicas que negamos a los nuevos formatos electrónicos. No deja de ser normal: asociamos sentimientos a los objetos y seguramente no son pocos los que nos inspiran los libros. Incluso hay quien habla de cómo huelen las páginas y resulta antigua ya la relación, también, entre olores y sentimientos …. así que si la historia se repite, los que ahora son jóvenes olerán los iPads, los iphones, las tabletas y similares y defenderán este tipo de dispositivos como instrumentos de alta cultura cuando, seguramente, una nueva tecnología los amenace. Serán cosas antiguas ya y todos tendemos a mostrar veneración por la vejez, forma parte de la reticencia al cambio: el que vive, hoy, rodeado de libros, es culto, el que lee, estudia, trabaja todo el día en un ordenador puede ser sospechoso de adicción. Tal y como me comentaba la asistente a una conferencia, además, también pasó con los libros. Léase si no a Cervantes y la adicción a la lectura de libros de caballería de El Quijote. En el caso de las historias los estudios no muestran demasiadas diferencias en la activación de determinadas zonas cerebrales según el formato. Incluso, y esto las hace especialmente potentes como recurso didáctico o medio de transmisión de la información, no hay demasiadas diferencias entre la actividad cerebral cuando leemos o cuando vivimos una historia, en la vida real, en un videojuego, etc . Esto hace de ambas cosas, videojuegos e historias, interesantes recursos para el aprendizaje. Las redes sociales tienen un impacto en la sociedad, la política y la cultura. ¿Cuáles cree que son las características que las hacen tan potentes? Principalmente son potentes porque están especialmente pensadas para la interacción social (la denominada arquitectura de la participación es una característica importante de internet). Las deberíamos llamar, creo, “redes sociables”. Pero más allá de permitirnos recuperar ámbitos donde estar juntos, más allá de la “organización sin organizaciones”, actúan también como filtro de la sobreinformación que genera cualquier entronque complejo. Si Internet es un mar de conocimiento, determinados usos de las redes sociales son “diques” para dominarlo. Volviendo a la plaza del pueblo, si allí la confianza social era el filtro esencial de la información, aquí la historia se repite, tendiendo a crear una sociedad, en general, más transparente, meritocrática y motivada a la participación (cultural, política, respondiendo a la pregunta) que nunca. La cultura, la política, las empresas, todos tienen la oportunidad de entrar en la plaza y conversar, de igual a igual, con un público infinitamente más exigente, que no volverá a ser ya el mismo. Cualquier industria (la de la política, la de la cultura, la de la educación, la de los medios), tiene que aprender a mejorar con los usuarios y no a luchar contra ellos. En el caso de los medios es claro y la misma expresión “social media” lo dice: la industria de los medios debe volverse social si quiere seguir siendo relevante como media. ¿Qué quiere decir “el poder de la organización sin organizaciones”. Hemos recuperado una sociabilidad que otros medios habían anulado durante años? ¿Qué medios? Fundamentalmente los mass media pero en general todas las instituciones se han ido separando, situando en un lugar muy por encima de la realidad de las personas. Ahora toca colaborar con ellas, aprovechar la inteligencia y la creatividad colectiva en beneficio mutuo. Todas las industrias tienen que volverse más sociales. Dice: Dictadura e inteligencia colectiva, finalmente, no se llevan demasiado bien, ¿de ahí los grandes cambios sociales y políticos que estamos viviendo con la ayuda de las redes sociales? Las redes sociales sirven para organizar la inteligencia colectiva. Hay muchos experimentos que demuestran que somos muy manipulables por la autoridad si estamos solos, muy poco en colectivo. Y ya es antigua la idea de que la cultura, la inteligencia, son mecanismos de liberación potentes. Pienso que no es aventurado interpretar los cambios que vivimos, como dices, reconociéndolos facilitados por la posibilidad de organización “on steroids”, como dirían los americanos, de la acción colectiva que suponen las redes virtuales. Aún así hay que ser prudentes y analizar las revoluciones en los países árabes como el resultado de una suma de factores. Siempre comento una frase, extraída de un documental reciente sobre Haití, de un entrevistado cuando le cuestionaban porque no se quejaban del poco impacto de las ayudas internacionales, de la corrupción, por qué, en definitiva, no hacían la revolución: la revolución la hacen los pobres, no los miserables, fue su respuesta. Pienso que los procesos que vivimos en los países árabes tienen mucho evolución, de haber llegado a un nivel económico y de libertades que les ha permitido sentirse fuertes contra el sistema. “No somos los mismos desde que estamos en las redes”, diría Castells, somos, nos sentimos, más grandes, añadiría yo. Facebook y otras redes, evidentemente, han ayudado a todo ello. ¿Cree que las redes sociales temáticas son el futuro? ¿qué tipo de redes serán el futuro? Pues en gran medida las mismas que en el presente. O sea, Facebook, que seguirá resultando de las más polémicas por la extraña posición que ocupa entre mercantilismo y activismo social, Twitter, con un ritmo de crecimiento moderado pero constante… y sí, las que puedan surgir en diferentes sectores y que sepan añadir elementos que estas dos no proporcionen. Tuenti puede estar en este punto, resultando, por diferentes motivos, de preferencia adolescente. También Diáspora, Jumo, resultan alternativas que añaden diferentes valores a lo básico y fundamental de ser plaza donde encontrarse (y organizarse) a nivel mundial e independiente de organizaciones, tal y como hemos visto. Habla en su blog del hombre como animal social, pero siempre hemos sido animales sociales no? Y tanto … precisamente eso es lo que captó Google y otras empresas que no huyeron de la llamada “web 1.0″, en aquel momento en que la red todavía no permitía desarrollar la clave esencial de su éxito, la que nuestros abuelos reclamaban cuando hablaban con la televisión y que nuestros hijos buscan cuando ven los programas en diferido en youtube: el derecho a interactuar con la información, a desarrollar nuestra sociabilidad. Y que los jóvenes valoran la actualización tecnológica, la autenticidad y una reputación limpia muy por encima de otros factores, por qué cree que es así? Seguramente está relacionado con el anterior. Se valora la autenticidad, la transparencia y diferentes estudios hablan, incluso, de que los jóvenes son más solidarios gracias a la conexión, la que me gusta llamar cordón umbilical directo a los sentimientos de la humanidad que proporciona la red. Pienso sinceramente que la privacidad está sobrevalorada. Fuera de los peligros obvios de la geolocalización, de que se pueda saber en cada momento dónde estamos, no entiendo la excesiva preocupación por la privacidad. Si no delinquimos, en una sociedad donde todos / as estamos más expuestos a la diversidad que nunca, resultando cada vez más tolerantes, no veo la necesidad de sufrir demasiado en el sentido de que se pueda saber cualquier tendencia ideológica, estética, sexual, política, etc. Se habla de la sociedad de la transparencia y aunque no me gusta que sea Zuckerberg, parte absolutamente interesada, quien lo haga, pienso que sí somos bastante más auténticos y transparentes que en cualquier momento de la historia, en la red y gracias a ella. Ha realizado diferentes aportaciones en libros sobre modelos de Open Social Learning (aprendizaje social abierto) ¿Qué significa? Trato de trasladar a la gente la vertiente positiva de las TIC. Y lo hago porque resulta desconocida y hace que se sufra en exceso por las consecuencias de una internet que, nos guste o no, está aquí para quedarse. Cuando hablo de open social learning (aprendizaje social abierto) trato de destacar que la web no es sólo un lugar donde “engancharse” a juegos adictivos o perder el tiempo en redes sociales sino un entorno inmensamente rico en recursos de conocimiento y posibilidades de investigación. Hay que aprovecharla en positivo y sobre todo, no dejar de participar en su evolución. Dicen por eso que creamos comunidades artificiales, ¿está de acuerdo? Totalmente. Uno de los problemas de la mercantilización de todo esto es precisamente este, que nos inventamos comunidades donde naturalmente no surgirían. Y evidentemente no funcionan. ¿Hay poca educación digital? Hay mucho miedo a las cosas nuevas. No nos lo plantearemos en unos años pero todavía cuesta entender que excluir la educación digital de las escuelas es perder la oportunidad de trasladar valores y principios éticos, de formar competencias, a un ámbito que será importante en las vidas de los jóvenes. Pensemos en el networking, en la importancia creciente de no desconectarse de las oportunidades de conexión con nuestros intereses que ofrece la red. Twitter, por ejemplo, más allá de posibles usos lúdicos o para la difusión, puede ser un entorno muy importante para aprender, durante toda la vida, sobre cualquier especialidad o profesión vinculada con el conocimiento. La pedagogía de la era digital habla de redes personales de aprendizaje refiriéndose a esta idea. |
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