Este Gobierno que padecemos ha carecido siempre de la más elemental decencia política, moral y ciudadana. Ya lo demostró con creces durante la campaña electoral del año 2004. Los máximos responsables del PSOE de entonces, haciendo gala de un gran cinismo, utilizaron desvergonzadamente los graves acontecimientos de aquellos días con la exclusiva intención de obtener réditos electorales. Quién no recuerda a Rubalcaba, por ejemplo, en aquella jornada de reflexión, saltándose a la torera hasta las normas más elementales que impiden toda propaganda electoral. Y seguro que fue Alfredo Pérez Rubalcaba el inventor de aquel “pásalo” famoso, en cuyos mensajes se incitaba de manera insidiosa al ataque directo a las sedes del Partido Popular. En esos mensajes sibilinos, además de acusar al Gobierno de mentiroso, se vinculaba el atentado de los trenes de Madrid a la dichosa guerra de Irak.
Toda aquella calumniosa propaganda surtió inesperadamente el efecto buscado y el pueblo, contra todo pronóstico, votó mayoritariamente al PSOE y ahora lo está pagando muy caro. La crisis financiera mundial, por la incuria de un Gobierno torpe e inepto, cobró entre nosotros nuevas dimensiones y se extendió con extrema rapidez a todos los ámbitos de nuestra economía. Como nuestro Gobierno no ha sabido o no ha querido poner remedio a tiempo, se dispara el paro hasta porcentajes estratosféricos e inasumibles, lo mismo que el déficit y la deuda pública y privada. El gasto desmedido e irracional del sector público, en el que tienen mucho que ver también las Autonomías y los Ayuntamientos, ha dado pie a ese descomunal y asfixiante déficit.
Es cierto que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha intentado poner freno a tan preocupante situación, pero lo ha hecho a destiempo y utilizando exclusivamente parches de sor Virginia. Y no es posible que Rubalcaba tenga la solución en sus manos, como se cansa de repetir una y otra vez. Él sabe muy bien que se hubiera cubierto de gloria si, en su etapa como vicepresidente primero del Gobierno, hubiera aportado las medidas precisas para salir de tan complicada situación. Además del tremendo recorte social llevado a cabo, el mayor de toda nuestra historia, mediante el cual se rebajo notablemente el salario de los trabajadores públicos y se congelaron las pensiones, siguen pidiéndonos sacrificios un día sí y otro también.
Pero estos sacrificios y restricciones en los gastos solamente afectan a los ciudadanos de a pié. Los miembros del Gobierno, por lo que parece, continúan con sus privilegios y siguen dilapidando alegremente los dineros de nuestros impuestos. Ahí tenemos el caso reciente de la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde que, tal como aparece en el Boletín Oficial del Estado del pasado día 5 de septiembre, abre su tómbola y reparte nada menos que 5.625.000 euros en subvenciones para incrementar la oferta legal de contenidos culturales en Internet y para promover la modernización, innovación y adaptación tecnológica de las industrias culturales y creativas, correspondientes al año 2011.
La mayor parte de estas subvenciones son tremendamente superfluas. Y mucho más en estas circunstancias críticas de crisis económica profunda. A la empresa BUBOK PUBLISHING, S.L., por ejemplo, se le conceden 100.000 euros para “anotación semántica y Publicación de libros electrónicos”. CROMOSOMA, S.A. se lleva un pellizco de 94.000 euros para el desarrollo del videojuego de Las Tres Mellizas. DIGITAL BOOKS, S.L. se hace con un donativo de 96.000 euros para incrementar la oferta legal de contenidos culturales en internet. La empresa LIMITADA ILUSA MEDIA, S.L. es agraciada con 99.000 euros, sin que se especifique claramente el proyecto a desarrollar.
Y así podríamos seguir hasta completar la importante cifra de 5.625.000 euros. Hay partidas nada despreciables, entre otras cosas, para poner en práctica un desarrollo que permita a los usuarios de publicaciones electrónicas ( ePubs), visualizarlas on-line desde cualquier dispositivo con conexión. También hay dinero para el desarrollo de infraestructuras tecnológicas para la difusión y venta de contenidos digitales en la producción de videojuegos y, faltaría más, para el desarrollo de pantallas auto-estereoscópicas para visualización de publicidad en 3D sin gafas. El Ministerio de Cultura se ha mostrado sumamente generoso con empresas que se dedican al desarrollo de sistemas de gestión de descargas electrónicas de música y películas on-line. Llegados a este punto, no estaría más investigar cual es la orientación política de las empresas, tan magníficamente agraciadas. Con seguridad que nos encontraríamos con más de una sorpresa.
Barrillos de las Arrimadas, 11 de septiembre de 2011
José Luis Valladares Fernández Criterio Liberal. Diario de opinión Libre.
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