Elecciones: Alegrías, tristezas y miedos
Como si en España... “no pasara nada”; a la anoche y tras “el sorteo de las urnas”; y en la sede del partido ganador (PP) todo eran “alegrías”; y sobre todo en la calle ante la sede, se veía una efervescencia de delirio; cosa que a mí me dio sensación de risa y luego de pena; puesto que tras esa victoria, sensatamente lo que había que decir “al ganador”, es algo así como lo que se dice en los sepelios... “Señor Rajoy... le acompaño en su sentimiento”; y lo digo con el noble sentir, de que lo que recibe este nuevo primer ministro, es un “cuasi cadáver político, social, económico y muchas otras cosas que dejo al lector las añada”; por tanto de alegrías nada de nada... España hoy es un país de pena, de vergüenza... “de algo más” y eso lo saben desde los del PP hasta los del “popó”; y lo que es peor... “en todo el extranjero que se relaciona con España”.
Ahora bien, si esas alegrías, los que las manifestaban eran más pensando en el buen sueldo y seguro, que tras ello... “les iba a caer en suerte”; entonces está explicado; pero no deja de ser triste ver en ello... “las miserias del botín a obtener”. Como prueba de lo que digo, leo hoy mismo que... “los diputados y senadores elegidos el domingo, cobrarán sus sueldos y demás gabelas, a partir del día siguiente lunes”; o sea todo un ejemplo de productividad política... ¡¡¡VIVAN LOS EJEMPLOS EMULABLES!!! Ante tal ejemplo... ¿qué esperan que el pueblo haga? ¿Colaborar? No, con ello nos están enseñando que sin trabajar se cobra y bien.
El jefe del partido, fue comedido y moderado en sus primeras palabras... “No prometo milagros... tampoco los prometimos” (Rajoy); y auguró que el reconducir lo que aún queda de la antes próspera España, va a llevar un tiempo largo... tan largo (digo yo) que intuyo que ni el que va a gobernar, ni el resto lo saben.
Ahora al pueblo sólo nos queda el “sangre sudor y lágrimas” (que dijera Churchill a los ingleses en la gran guerra: la nuestra no le va a ir a la zaga) “por tanto a preparar nuestras costillas y nuestras carteras... nos van a moler a palos”; si nó físicos, aunque algunos tendrán que repartir a los indudables revoltosos que van a surgir y dirigidos en la sombra por los que ha perdido y no sabrán nunca perder... pero palos al fin y al cabo, puesto que los palos que más suelen doler a la mayoría... “son los que recibe la cartera o el bolsillo”; y el consiguiente empobrecimiento que aún no ha acabado... ¡Ni mucho menos, el empobrecimiento de España no lo para Rajoy... ni San Rajoy”; las huestes zapateriles nos han llevado a una frontera impensable hace poco.
Pero dicho ello (que es la cruel y cruda realidad)... esperemos que ellos prediquen con el ejemplo... y al decir ellos, me refiero desde al rey y su casa, pasando por el presidente de gobierno (“Moncloa incluida”) y sus ministros y terminando en el último de los concejales que cobren del dinero público... ¡¡Y ojo con la subvenciones y derivaciones de nuestro dinero para gastos absurdos, ostentosos o chuminadas mil!! Si hay que apretarse el cinturón, los que controlan nuestro dinero han de predicar con el ejemplo; ejemplo que debe ser claro y diáfano para que el más tonto lo pueda ver.
En tan tristísimo día (memorable para algunos) de las votaciones; hay que destacar que el jefe Zapatero (cobardemente) no apareció a dar cuentas y pedir disculpas, que como mínimo debió hacer (fue abucheado con profusión cuando fue a votar por la mañana) tenía miedo; por ello hizo mutis por el foro... y se dispuso a preparar maletas, para ese retiro dorado y totalmente inmerecido, que le vamos a tener que pagar, pese al gran parásito que ha sido para España y los españoles en general.
Rubalcaba tampoco pidió disculpas... arrogantemente y vez de dimitir sigue en la brecha, ahora en lucha cuerpo a cuerpo para controlar los despojos del partido; partido que el pueblo español los ha castigado bien, pero yo entiendo que bien poco; no deberían haber sacado ni la mitad de escaños de los que han sacado, para que en el futuro aprendan los que entren en política... por lo visto, hay muchos más subvencionados de los que nos imaginamos; si no es así ni se explica... puesto que es el voto del pueblo el que tiene que castigar contundentemente... y premiar al que lo merezca, que en este caso no concuerda tampoco con lo obtenido por el señor Rajoy.
Lo que ocurre es que han planteado el, “o nosotros o nadie”; y sin embargo hay otros partidos como el de Rosa Díez (que es la que más claro y contundente habla hoy en España) y la que sólo por ello debiera haber conseguido una treintena de escaños; simplemente para con ello ser un tercer partido nacional y no extremista, para contrarrestar y controlar al bipartidismo para que no se anquilose; y de paso, eliminar “al cáncer autonomista/separatista”, que permanece incólume... es más, ha aumentado votos separatistas profusamente, lo que aumentará “ese cáncer español”.
También hay que reformar el sistema electoral y por causas obvias... “los pro terrorismo con 300.000 votos consiguen 7 escaños... Rosa Díez con casi un millón doscientos mil, solo cinco (el setenta por ciento de quienes la han votado, se quedan sin representante parlamentario... ¿eso es justo?)... ¿Eso es democracia? ¡No en absoluto!
Y por descontado LISTAS ABIERTAS Y QUE ELIJAMOS INDIVIDUOS NO LISTAS... “ya somos mayorcitos” y bastante se nos ha engañado ya; tienen que desaparecer las dictaduras de partido, son las culpables de la nulidad existente.
Así pues, reitero... Sr. Rajoy... reciba mi más sentido pésame y le acompaño en su sentimiento; deseándole de corazón, demuestre usted ser (y su equipo) lo que necesita España... no sólo para volver a lo que fue España, sino para superar aquellas etapas; y que España (nombre que repito por tres veces) ocupe en Europa y el mundo, el puesto que por su importancia le corresponde... veamos “los cojonciños gallegos, que haberlos áilos... y la historia da fe de ellos”... y no, no me estoy refiriendo sólo a Franco... que la historia está llena de gallegos con cojonciños; y los han demostrado a lo largo y ancho del mundo incluida nuestra nación española”.
Antonio García Fuentes (Escritor y filósofo)
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