ETA sigue en pie de guerra. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado deben actuar con toda contundencia contra el terrorismo.
Las consecuencias de la mal llamada Conferencia de Paz, organizada por ETA y todos los miserables que pululan a su alrededor –incluidos la totalidad de ‘pellejos’ despendolados que llegan como mediadores y asesores– ha empezado a cosechar sus primeros frutos dividiendo al Partido Socialista por la mitad. Nunca tan pocos hicieron tanto daño: Rubalcaba no quiere saber nada del asunto porque es cosa del PSOE; el ‘buitre’, Chuchi Eguiguren, reprocha a Pachi López que no haya ‘facilitado’ la paz de Euskadi y el inútil mayor del reino de las Españas, Rodríguez Zapatero, esconde la cabeza debajo del ala. ¡Ahí tienen ustedes la cobardía del socialismo! Razón tenía Napoleón cuando decía que el medio más seguro de mantener la palabra es no darla.
Ese mundo de descontrolados sinvergüenzas que se agrupan bajo la bandera socialista, únicamente valen para gastar el ahorro que generan los Gobiernos liberales. Se parecen cada vez más a la ‘izmierda’ que pace bajo las siglas del comunismo. Siempre llevan a la ruina a las sociedades que les dan cancha. Después, piden a gritos que vuelva el liberalismo para que vuelva a ahorrar y se ponga freno a la corrupción social y a las corruptelas políticas.
En la derecha también reina la confusión, aunque hemos de exceptuar a Antonio Basagoiti. El propio presidente del PP, Mariano Rajoy, ha incidido en que el comunicado de ETA es una gran noticia, pero debería haber dicho que lo es a medias. “La tranquilidad sólo será completa cuando se produzca la disolución irreversible y su completo desmantelamiento”, ha dicho el confuso Mariano Rajoy. Esa es la cuestión; hasta ahora, ETA no se ha disuelto, no ha entregado las armas y no se han entregado los asesinos para cumplir íntegramente las penas. Por tanto, ETA sigue en pie de guerra. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado deben actuar con toda contundencia contra el terrorismo etarra hasta que acaben en prisión. No por decir que dejan de matar se acaban las responsabilidades. “He matado, ya no lo hago más, así que olvídense de mí”, parecen decir los etarras. ¿Pero de qué vas Barrabás?
¡No corras Mariano. Aunque te apellides Rajoy! Una cosa es que admitas la satisfacción por el anuncio de ETA, y otra cosa es que te des por satisfecho. ¿Vas a hacer el juego a Eguiguren, Pachi López, Zapatero, Rubalcaba, Otegi, Josu Ternera, Garikoitz Aspiazu…? ¡No me fastidies, Mariano, pronto te han acongojado los etarras de tres al cuarto! Ya sabes, Mariano, que quien tiene mala memoria se ahorra muchos remordimientos, como decía John Osborne.
El fin de la violencia pasa por la rendición incondicional, la entrega de las armas y el cumplimiento íntegro de las penas. No hay más candela ni más aspiración. La Justicia tiene un camino y nunca vamos a consentir que ETA negocie con el Estado de tú a tú. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Si esto no os convence, seguid con vuestras historias macabras y con vuestras amenazas. El Estado no debe escucharos y de ello nos encargaremos en el día a día. Ni siquiera prestar atención a vuestras estupideces. Cualquier contraprestación es una bofetada al Estado de Derecho. ¡Rendición sí, pero sin contrapartidas! Y punto pelota.
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