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viernes, 25 de noviembre de 2011

Otra vez la amenaza de la recesión

Otra vez la amenaza de la recesión


Los datos reflejados en el último boletín económico del Banco de España no pueden ser más deprimentes. Confirman que tenían razón los que criticaban abiertamente los Presupuestos Generales del Estado que presentaba el Gobierno para el año 2011. Ya entonces eran muy pocos los que consideraban viables los objetivos de crecimiento y déficit allí señalados. Es evidente que el crecimiento del PIB de España va a quedar bastante por debajo del 1,3% previsto por el Gobierno. Y el objetivo de reducir el déficit público en el conjunto de las distintas administraciones al 6% del PIB, a estas alturas de la película, resulta ya prácticamente inalcanzable.

La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, es sobradamente conocida por su absurda terquedad. Hace ya tiempo que la ministra de Economía y Hacienda, cuando en realidad aún estábamos en pleno auge de nuestro desastre económico, ya veía “brotes verdes” por todos los lados. Y no hace tanto, en pleno mes de septiembre, cuando todos los analistas situaban nuestro crecimiento por debajo del 1%, Elena Salgado se mantenía en sus trece y seguía afirmando tozudamente que el PIB crecería de acuerdo con las estimaciones del Gobierno. Ahora ya ha dado marcha atrás y, aunque evita dar cifras concretas, reconoce que si el Gobierno tuviera que señalar en estos momentos los objetivos de crecimiento, con seguridad las previsiones no serían las mismas. Y el problema no está precisamente en no acertar con esos pronósticos. El mal radica en que los Presupuestos Generales del Estado se fundan en semejantes previsiones, y si no se cumplen, las consecuencias para nuestra deuda pública serán francamente desastrosas.

Las conclusiones que se derivan de los datos reflejados en el boletín del Banco de España del 31 de octubre no pueden ser más claras. Según ésta entidad emisora, hemos crecido el 0% durante el tercer trimestre del año, lo que nos sitúa de nuevo al borde mismo de la recesión. Las alegrías suscitadas en algunos por el crecimiento del 0,8% de nuestra economía durante los tres primeros meses del año, desaparecieron muy pronto al crecer solamente el 2% en el segundo trimestre, dejando el crecimiento en el 0,7% de tasa interanual. Entre julio y septiembre sin embargo, no hemos crecido en absoluto. Nos salvó que la caída de la demanda interna con una aportación negativa del 0,8%, se compensó con la subida del 0,8% de la demanda externa. De acuerdo con los datos que tenemos, es muy posible que en el cuarto trimestre no exista esa compensación, lo que dará lugar a un crecimiento negativo.

Además de no alcanzar el crecimiento previsto de nuestro Producto Interior Bruto, corremos también el riesgo de no poder cumplir con la reducción del déficit comprometida con la Unión Europea. Esa es, al menos, la advertencia del Banco de España al señalar claramente que no hay manera de recaudar con los impuestos las cantidades de dinero previstas. A esto debemos agregar la contracción excesiva de los gastos públicos, sobre todo en las Comunidades Autónomas y la caída importante de la demanda. Para complicar más aún la situación, nos encontramos con el último informe del Instituto Nacional de Estadística, según el cual los desocupados sobrepasan ya la preocupante cifre de los cinco millones.

Según informa la entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, las medidas extraordinarias adoptadas en agosto pasado, destinadas a incrementar sustancialmente los ingresos por el impuesto de Sociedades y por la subasta del espacio radioeléctrico, aún no han tenido reflejo alguno en los balances. La recaudación impositiva apenas si aumentó un 0,8% hasta el pasado mes de septiembre. Para el Gobierno actual, ante la persistencia de esta atonía recaudatoria, no hay más remedio que adoptar medidas adicionales para cumplir plenamente los objetivos fiscales marcados.

Las perspectivas que se nos ofrecen de cara al último trimestre del año, no son nada halagüeñas, ya que todos los indicadores apuntan claramente hacia un mayor debilitamiento de la economía. El crecimiento desmesurado de la deuda soberana y la desaceleración continuada y progresiva de la demanda interna, sobre todo por los recortes en el gasto público, contribuirán decididamente a ese crecimiento negativo durante los tres últimos meses del año. En el tercer trimestre fue la demanda externa, con su subida providencial del 0,8%, la que equilibró las cuentas y evitó el crecimiento por debajo del 0%. Para el cuarto trimestre, sin embargo, el sector exterior no podrá servirnos de contrapeso ya que hay un recorte notable en las exportaciones y bajará el turismo, al estar ya fuera de campaña. Y mucho tiene que cambiar el panorama para que en el primer trimestre de 2012 no crezcamos igualmente por debajo del 0%, con lo que la temida recesión estaría servida.

José Luis Valladares Fernández Criterio Liberal. Diario de opinión Libre.
 
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