El idioma andaluz y su influencia
Desafortunadamente para nosotros los andaluces; la estampa que en
general tiene de nosotros el resto de España, es que ésta es tierra, del chiste,
el cachondeo, la guitarra y pandereta, el vino para emborracharse, la siesta
para eludir el trabajo y “cosillas, o cositas así”. Muy pocos
saben (y si lo saben algunos, procuran que no se sepa) que lo que hoy se conoce
como Andalucía; ya eran civilizaciones, mil años antes de Cristo o más aún...
puesto que aquí hubo una civilización, en la que sus leyes se escribían en
verso, lo que demuestra su cultura y sensibilidad; y que posterior a ella, es
fundada una ciudad que aún sigue pujante, pese a sus más de tres milenios de
vejez... hoy se denomina Cádiz. Que tras aquella viejísima Tartessos o Tartesos
(puesto que se conoce con las dos denominaciones) hubo otras civilizaciones, de
las que se conocen dos alfabetos y hay datos escritos por los clásicos... (Los
turdetanos...son considerados los más cultos de los iberos, ya que conocen la
escritura y, según sus tradiciones ancestrales, incluso tienen crónicas
históricas, poemas y leyes en verso que ellos dicen de seis mil años de
antigüedad. (Estrabón, III 1,6.).
Luego, mucho después,
empezaron las invasiones... fenicios (con los que vinieron también muchos
comerciantes judíos), griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, visigodos,
vándalos, musulmanes y finalmente los castellanos... que y como la historia
siempre la escriben los vencedores; dicen que impusieron su idioma, cosa
discutible; puesto que idiomáticamente parece ser que las influencias
idiomáticas e intelectuales van de sur a norte y no de norte a sur.
En este aspecto
(pienso) que a Andalucía y en parte, le ocurrió lo que a Grecia; “que pasadas
sus muchísimas guerras”, decidieron no guerrear más y dejarse conquistar;
sabiendo que los invasores, al final se convertirían al ser y sentir de los
invadidos; y serían absorbidos por esas fuerzas telúricas que hay en contadas
tierras de este planeta y de las que Andalucía sigue siendo una de ellas... tan
es así, que los invasores musulmanes, le hicieron poemas al vino y cantaron sus
excelencias (pese a que el Corán prohíbe beber alcohol)... seguro que
igualmente, comieron “jalufo” y por cuanto, pese a lo que dijera su profeta...
“el pata negra del cerdo ibérico (y sus derivados) era y sigue siendo un manjar
de dioses”; y aquellos musulmanes, fueron bastante sibaritas... precisamente por
que (como gran minoría que siempre fueron) se
dejaron influir por “la buena vida”, que desde siempre... “aquí se dio y se
sigue dando todo aquel que puede... y que con la vena de poeta que casi todos
llevamos... deduce que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar...
puesto que el dinero es un medio y no un fin”... metáfora de las más sabias que
se hayan escrito en este pobre mundo... donde la avaricia destruye todo lo
válido del mismo.
Aquí y hace más de
mil años... “tuvo que venir un gordo y grasiento rey norteño” (“Sancho el Gordo:
que dicen llegó a pesar doscientos kilos”) para que la medicina tan avanzada que
había en la Córdoba Califal; le redujera el volumen y pudiera subir al caballo
(cosa que lograron) y con ello, dejar de ser la risión de sus súbditos
mesetarios o montañeses... también el califa (Abderraman III), le prestó
ejército para que recuperase sus posesiones... y ya digo, aquellos “moros” ya
habían sido influidos por los mucho más antiguos y cultos andaluces... los
que ya en el S.VI uno de
sus destacadísimos intelectuales, (Isidoro de Sevilla o S. Isidoro) escribió la
primera enciclopedia... cosa que muchos siglos después, los franceses (“tan
modestos ellos”) se atribuirían la primicia de una tal
realización.
Por todas estas
“cosillas” que en apretado boceto doy (hay enorme cantidad de escritos como para
llenar bibliotecas) se desprende por una lógica aplastante, que la sabiduría del
sur, sube hacia arriba a raudales enormes y por tanto, esa corriente intelectual
es la que va modelando un idioma que luego van a hablar, cientos de millones de
terrestres o terrícolas... con la peculiaridad que el castellano, que se habla
en las colonias que España establece (luego países) en América, adoptan “un
castellano que en nada se parece al castellano puro de (por ejemplo) Valladolid,
Soria o Salamanca”... el castellano que allí se habla... es de influencia
andaluza puesto que son “los andaluces castellanizados a la fuerza”, los que van
a enseñar el habla española, que los reyes católicos imponen en todos sus reinos
y... ¿quién codifica ese idioma?
Pues también se
hace con total influencia andaluza, puesto que esos grandes reyes (que lo fueron
por muchas cosas) encargan la elaboración de ese idioma, al andaluz, más
preparado para ello; y se lo encargan, puesto que aquellos inteligentes
monarcas, necesitan un idioma común para “la administración” de sus (ya) muchos
reinos y con ello, obtener la herramientas imprescindible para llevar lo que ya
empieza a ser un gran imperio: ¿Y quién fue ese muy destacado andaluz de su
tiempo?
Pues fue: Antonio
Martínez de Cala y Jarava; más conocido como... Elio Antonio de Nebrija o
Lebrija. El que va a completar una gramática, (y un diccionario) con todas las
palabras del habla de aquella Andalucía de su tiempo... Idioma mozárabe o
romance aljamiado (Aljamía) hablado en al-Andalus – cuyos textos escritos datan
nada menos que del S. IX (Calendario de Córdoba y las Jarchas andaluzas); y que
se continúan en el tiempo con el “Calendario de Granada” y otros textos... y por
descontado, “lo que fuera aprovechable de allende Sierra Morena y territorios
del norte”; puesto que la biografía de “ésta lumbrera andaluza”; es amplísima en
saberes y como maestro enseñante dentro y fuera de la España de
entonces.
Por todo ello...
“lo que se nos quiere hacer creer de que el idioma español que hoy hablamos,
nació en un monasterio del norte... eso no se sostiene por mucha conquista que
se esgrima; y lo ya dicho de que la historia la escriben los vencedores”... un
idioma tan rico y tan viejo como el español actual... sus orígenes se pierden en
milenios anteriores y... “en las voces que debieron nacer en Tartessos (quizá
aún antes) y que luego fueron completando sus descendientes, milenios después...
amén de lo que aportaran las invasiones antes mentadas.
Una fuente
interesante para comprender todo ello, pueden encontrarla en el siguiente libro:
“Sin ánimo de ofender (En defensa de la lengua de Andalucía): de Tomás
Gutier”. Libro muy interesante por la enorme condensación de datos que
ofrece y que en sí mismo es como un diccionario, por la gran profusión de
bibliografía y autores que cita; y donde se demuestra que aquí... “de jarana
y cachondeo hay una parte (pues nos gusta vivir la vida), pero que igualmente
hay unas profundidades que por lo que sea, ni los políticos autónomos se
preocupan de que se sepan; y peor aún, que no se enseñen desde en la escuela
primaria hasta en todas las universidades andaluzas”... tal es “el catetismo
político imperante”, cosa que hoy no es explicable por nada del
mundo... puesto que “las tan criticadas inquisiciones religiosas ya
desaparecieron”... ¿O es que ahora son las iden políticas?
¿Qué yo reclamo un idioma
andaluz para imponerlo a nadie? ¡No en absoluto! Pero sí que por su enorme
importancia, hay que rescatarlo y saberlo (el que lo quiera saber) como por
ejemplo... los asturianos, tienen un departamento para estudiar y rescatar “su
Bable”, cosa que entiendo perfectamente... como si los murcianos quieren
rescatar su panocho, los extremeños su castúo, y los isleños canarios, llevar al
pentagrama su... “silbo canario”.
En lo que respecta
al idioma andaluz; en 1933 (luego reeditado: Editorial Gredos – Madrid) se edita
un diccionario (“Vocabulario Andaluz”) cuyo autor fue Antonio Alcalá Venceslada
(Nacido en Andújar y muerto en Jaén) y el que contiene 676 páginas en tamaño
folio, en las que se demuestra la existencia de ese idioma
autóctono.
En lo que a mí
respecta... “yo me conformo con el español que sé hablar y escribir”, que con
todos sus defectos; pero por lo que me dicen los que me siguen... “se me
entiende todo y además muy bien entendido”... por tanto, pienso seguirlo
cultivando y no perderé el tiempo en buscar... “perlas arcaicas y menos entrar a
aprender un idioma extranjero”... y en esto sigo el ejemplo que dejará el
insigne valenciano, Vicente Blasco Ibáñez... el que invitado a aprender inglés
por un magnate norteamericano (creo que fue Henry Ford I) dijo, que para él
no merecía la pena perder el tiempo en saber un nuevo idioma... que con el
español le bastaba y sobraba para llegar a donde había llegado.
Amén.
Pues sabido es que sus obras
fueron traducidas a los más importantes idiomas del mundo, llevadas al cine; y
por todo ello... debieran ser de lectura obligada en todas las escuelas de “esta
estrecha España del progresismo actual y que tan bien nos ha llevado a la meta
que hoy disfrutamos... en la ruina actual y que no es sólo económica, sino que
igualmente lo es cultural, intelectual y yo que sé cuantas cosillas
más”.
Antonio García
Fuentes
(Escritor y
filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí más)
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