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viernes, 17 de febrero de 2012

El «sindi-banquero» de los 181.000 euros El líder de UGT que calienta la calle contra la reforma laboral y los bancos es consejero de Bankia. Desde finales de 2009 ha cobrado 108.000 euros en el Consejo y 73.000 en dietas. Ahora podrá llegar a los 198.000


El «sindi-banquero» de los 181.000 euros

El líder de UGT que calienta la calle contra la reforma laboral y los bancos es consejero de Bankia.  Desde finales de 2009 ha cobrado 108.000 euros en el  Consejo y 73.000 en dietas. Ahora podrá llegar a los 198.000
«Por decencia, el presidente del Banco de España (Fernández Ordóñez) tiene que irse a su puta casa»

MADRID- Le habían propuesto, o al menos habían dejado caer su nombre, en las quinielas para ocupar la Secretaría General del Partido Socialista de Madrid (PSM), pero el actual líder de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez– tras dejarse querer durante unos días– decidió ayer declinar la propuesta y anunciar que no será él quien rivalice con Tomás Gómez en el congreso que los socialistas prevén celebrar dentro de dos fines de semana. No ha querido el secretario general de los «ugetistas» madrileños, que desde finales de enero sumó a su cargo como consejero de Bankia otro puesto en Cibeles –su corporación industrial–, acumular más trabajos, aunque éstos no serían incompatibles al ser de cartácter privado. 

Y es que Martínez no podría, ni de lejos, ingresar como líder del PSM sus honorarios actuales. La imagen, en tiempos de crisis, manda y, al margen de sus retribuciones como representante sindical, sólo como consejero de la caja madrileña José Ricardo Martínez percibió el año pasado hasta 181.000 euros (108.000 por su presencia en entidades participadas por Bankia, a los que habría que sumar 73.000 euros más en concepto de dietas y asignación fija como miembro de la directiva de la entidad), según figura en el informe sobre «Retribuciones individuales y nominativas devengadas por cada uno de los miembros del Consejo de Administración y del Comité de Dirección» que la entidad financiera remitió al Banco de España para su análisis. 

Pero la cosa no queda ahí porque el líder sindical, que esta semana se ha dedicado a llamar a la huelga a los afiliados a UGT por «repugnancia» a la reforma laboral plantada por el Gobierno y que apoyó un documento de su sindicato en el que se solicita una reforma «transparente y urgente» de un sistema financiero «de cuyo estado real nadie sabe», podría ver aumentados sus honorarios tras su entrada en Cibeles. Según ha podido saber LA RAZÓN, las dietas en esta sociedad son más elevadas que las de los representantes de Caja Madrid, y en concreto por sus labores como consejero bancario con José Ricardo Martínez podría ingresar  hasta 198.000 euros en 2012. 

Martínez fue elegido consejero en el órgano de gobierno de Caja Madrid a finales de 2009, en la misma fecha en que Rodrigo Rato comenzó a presidir la entidad en sustitución de Miguel Blesa. En 2010 la caja se fusionó con otras entidades en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y recibió, a través de los fondos FROB estatales, hasta 4.500 millones de euros en préstamos. Ahora el Gobierno ha limitado a 600.000 euros los sueldos de consejeros y directivos en bancos con ayudas públicas, como es el caso de Bankia.

Precisamente ayer en una entrevista radiofónica la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, recalcaba las «casualidades» que se producen en el caso del líder de UGT: «Las contradicciones se dan muy frecuentemente» –apuntó Cifuentes quien recordó que durante los primeros meses del curso escolar Martínez–  «lideraba manifestaciones educativas contra Esperanza Aguirre mientras él lleva  a sus hijos a un elitista colegio privado».

A pesar de las importantes cifras que le asigna Bankia, Martínez no es el miembro de la dirección de la entidad cuyos honorarios son más elevados. Otro socialista, el ex rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Virgilio Zapatero, cobró 218.000 euros como ex consejero de la BFA.



Para sus hijos, colegio privado
José Ricardo Martínez ya ha demostrado en otras ocasiones que no es precisamente un sindicalista que predique con el ejemplo. Tras asegurar que sus hijos «tenían pocas posibilidades» educativas, LA RAZÓN desvelaba el pasado mes de septiembre que, en realidad, estaban matriculados en un centro privado.
 
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