“Las cuentas y las palabras del rey”
Como “esto son
lentejas” y como ya he manifestado en otros artículos, entre “un rey que reina y
no gobierna y un presidente de república que igualmente reina y no gobierna”,
más vale lo primero que lo segundo y... “a la historia me remito y a los
desastres de las dos repúblicas que padeció España”. Por tanto preferible es un
rey que se puede presentar en cualquier foro del mundo, que (por ejemplo) “un
Zapatero que se vea aislado en esos foros y sea el hazmerreír de propios y
extraños y al que de paso lo engañen miserablemente como a un párvulo y lo que
nos ha costado ni se sabe (a lo peor mil veces lo que nos cuesta el rey)”. ¿Qué
la corona nos cueste lo menos posible? (Lógico). Sí, pero que ello no menoscabe
la dignidad de una nación (“que supongo sigue siéndolo”), cual es España. Pero
dicho ello expongo.
¿Las cuentas que nos han dado (o
se han hecho públicas) son la realidad o se asemejan a las ya viejas que dicen
dio el “Gran Capitán”? ¿Las palabras que afectan a su casa o yerno se atienen a
una realidad sincera y clara? Hay quién opina que no y que todo es un plan muy
planificado para capear “los temporales” y esperar tiempos mejores hasta que
soplen mejores vientos; y si bien los que dicen representarnos en el parlamento
(cosa muy dudosa viendo la situación que padecemos) se hartaron de aplaudir al
rey cuando compareció en el parlamento (no todos quede ello claro) pero... en
realidad... ¿qué son y representan en realidad el medio millar de
“apretabotones” que allí se reúnen? ¿De verdad ellos saben reproducir el sentir
de la verdadera mayoría de ese pueblo, que en realidad siempre está ausente de
allí? Veamos.
Que el pueblo o una más o menos
importante parte de “ese pueblo”, se sienta atraído, admire, aplauda a una
“figura tutelar”; es lógico, puesto que ese pueblo se considera “huérfano” y
necesita a alguien en quien fijar su mirada esperando un no sabe qué pero que
necesita... más insólito es el que esa parte del pueblo, “se despepite” por la
presencia de un individuo que juega con una pelota, torea a un toro, se juega el
pellejo en carreras de motocicletas o automóviles... o sube a una montaña y la
culmine, “para no sabemos qué”, pero que todo ello parece ser... “el no va más
del individuo humano”.
Por encima de todas esas figuras
simbólicas, está la que encabeza la sociedad que sea y a la que se le tienen que
exigir, que sepa representar lo que simboliza, sin malos ejemplos ni fisuras en
su entorno; pues para eso se le paga y se le costea una vida de rey y al
resto de familia con igual o parecido rango; por tanto el que no cumpla con
ello, “o se va o que lo echen de inmediato”; puesto que “por estar por
encima de la ley y ser inmunes ante ella”, han de demostrarlo en cada instante
de sus vidas y ello debe ser indiscutible, puesto que al tener “segura su
buena vida”, no tienen que pasar por las angustias y pesares que cada habitante
del territorio, hemos tenido que pasar simplemente para poder asegurarnos...
“los garbanzos y lentejas diarios”.
Pero volviendo a las
cuentas “reales” del rey y su casa, o aparato que lo cubre y
mantiene; para mí las que nos han dado, son algo así como “la punta del
iceberg”; puesto que si como se ha dicho, hay nada menos que casi cien
conductores de automóviles y no se cuantos más cientos de individuos y
“presupuestos”, que adscritos a la casa o al servicio de la misma, pagan otros
departamentos del Estado español... esas cuentas también hay que sumarlas a los
gastos concretos que nos cuesta el rey, su casa y su aparato de
mantenimiento.
Así como todos y cualquiera
de los gastos oficiales que ocasione su presencia en cualquier lugar, sea este
en el territorio nacional o en el extranjero y por lo que no habría de
“asustarse nadie”; puesto que siendo gastos bien estudiados y dirigidos,
todo ello al final resultaría rentable para la economía y prestigio nacional...
sólo un botón de muestra; si es verdad que el propio rey ha influido en la
concesión a empresas españolas, del tendido ferroviario de alta velocidad que se
va a construir en Arabia, para comunicar las principales ciudades de aquel muy
extenso y rico país... ¿cuánto reporta ello a la economía y el tesoro español? Y
no solo ello... ¿cuánto prestigio a la tecnología española y cuántas
posibilidades hay de que allí mismo o en otros países continúen esas y otras
importantes obras?
Por todo ello, al rey, no se
le puede valorar por lo que cuesta... sino muy al contrario, por cuanto rinde a
España, “con su invisible y positivo trabajo en las esferas que como primera
figura nacional le corresponden”. Todo eso que han dicho de que si la casa
real de tal o cual país europeo cuesta más o menos a sus contribuyentes, en
realidad son paparruchas, lo que interesa es el rendimiento de esas inversiones
nacionales; puesto que puestos a analizar... ¿cuánto nos cuesta cualquier
inútil, empezando por el expulsado (por las urnas) y devastador Zapatero y
terminando por el más inútil y corrompido concejal o funcionario público y que
habría que multiplicar por ni se sabe cuantos miles en esta corrompida
España?
Por tanto que los que tienen que
dar cuentas, las den crudas y reales y luego justifiquen las mismas... “si están
justificadas”, nadie tiene que temer a la verdad y debemos saber analizar todo
ello por nosotros mismos... ¡No más mentiras... ya somos mayorcitos!... “y el
que no lo sea, que se preocupe por llegar a la edad de emancipación y cuanto
antes... todo ello será muy bueno, para España y del que de verdad la
represente... o gobierne”.
En cuanto al yerno del rey...
“ que en mala hora enyernó”; sólo con lo publicado ya y sin que el interesado se
haya querellado con nadie aún, ya no importa lo que digan o no digan los jueces,
lo condenen o lo “embizcochen”; ese individuo ya... “no pertenece a la familia
que dice titular a España... y ello por doloroso que sea, tendrá que asumirlo el
rey y cuanto antes mejor”... si no es así, mejor que le de paso a su
hijo.
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