Han sido muchos los errores que nos han conducido a la situación
que vivimos en la actualidad. Errores que, espero, seamos capaces de superar
para que no se vuelvan a repetir, aunque algunos expertos ya han alertado de que
cuando pase la tormenta volverá la euforia y, con ella, la lujuria y el
desenfreno.
En esa línea de superación y de construcción de un futuro
mejor en base a la recuperación de los principios éticos fundamentales, se
celebraba el martes pasado, 31 de enero, en Madrid, el II Encuentro
sobre 'Nuevos valores, nuevos liderazgos' organizado por la Asociación para el
Progreso de la Dirección (APD), donde se dibujó un futuro alentador,
esperanzador, lleno de retos y oportunidades, algo que con el pesimismo como
tónica general, la verdad es que se agradece. Eso sí, ese futuro se muestra como
un camino largo y difícil, ya que se apoya en unos valores que, de ahora en
adelante, deberán guiar nuestras actuaciones tanto personales como profesionales
si queremos ser competitivos. Como se puso de manifiesto, valores como la
ética, la integridad, la
honestidad, la humildad o la
responsabilidad deben formar parte, desde ya, de las
estrategias de cualquier organización que pretenda ser competitiva, excelente y
sostenible en el tiempo, así como del día a día de aquellos directivos que
pretendan ser verdaderos líderes. Y esto no es tarea fácil, sobre todo, cuando
el halo de la maximización de los beneficios y el cortoplacismo todavía
anda rondando por ahí.
En las interesantes
conferencias que se sucedieron durante el encuentro, se resaltó la necesidad
de recuperar los valores en la gestión de las organizaciones, no solo para salir
de la crisis, sino también para salir reforzados y, en general, para construir
un futuro mejor para todos. La apuesta por el talento de las
personas, por la creatividad, por la valentía
y, en definitiva, por la búsqueda de soluciones y por el
emprendimiento son algunas de las cuestiones sobre las que más
incidieron los ponentes.
Como se decía en la propia convocatoria del
encuentro: «Nuevos líderes, sin nombre ni apellido reconocido, cada uno
desde su posición, serán aquellos capaces de remover su propio sistema de
pensamiento para generar energía limpia y articular un modelo de acción
diferente: más racional, más humano, más justo, más equilibrado, más
sostenible».
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