Fueros, aforados y sus privilegios
Digamos primero, que una democracia no lo es, cuando uno
sólo de los habitantes en la jurisdicción de la misma, tiene privilegios ante
las leyes; por tanto ni en España, ni en ningún otro país donde existan
privilegiados hay democracia, quede ello claro y no se nos mienta más en este
sentido.
Aquí, en la españilla o
españistán actual y debido al escándalo surgido en el seno de la familia real,
por los negocios sucios del yerno Iñaqui Uldargarín y en los que según todos los
indicios participa su esposa la infanta Cristina (así lo estiman personalidades
entendidas en la “selva de leyes” españolas y está publicado en múltiples medios
de comunicación social); se ha armado “un revuelo” enorme y visto como se va
desenvolviendo todo, al final, demos por sentado que como en otros “peces gordos
y de sangre plebeya, pero cargados de dinero”; al final se realizará el... “gran
bizcocho judicial y aquí no ha pasado nada; y el dinero, fue “como donación
espontánea y totalmente legal y legalizada”, a parar a las misiones que una
determinada religión debe tener establecidas para los salvajes de la Atlántida o
la Lemuria que dicen también existió en medio del océano Pacífico”. Así...
“yerno y esposa, quedarán limpios de polvo y paja y a seguir chupando de los
enormes emolumentos que vía Telefónica, Caja de Ahorros catalana y el que nos
sacan a los contribuyentes españoles, reciben cada día que amanece, por “la
gracia de Dios”, que como sabemos, protege principalmente a las testas coronadas
y no coronadas, pero que sientan sus posaderas donde sabemos y además tienen el
injustificable privilegio de no responder en nada a las leyes vigentes en el
territorio. “Y criticaron a Franco, el que dicen dijo que sólo respondería
ante Dios”.
¿Por
qué esos privilegios? Recordemos que en tiempos no muy lejanos, el rey era la
ley (“la ley soy yo” ¿cuántos lo dijeron en el pasado?) y no sólo el rey,
también lo eran los señores feudales o de “horca y cuchillo”; como tales
privilegiados (todos) estaban exentos de pagar tributos, los que pagaban eran el
resto de súbditos, siervos o esclavos y cada cual con el fruto de los trabajos a
realizar y los beneficios que de estos obtuvieran, los que los
obtuvieran.
Poco
a poco se les fueron mermando privilegios y los más abusivos, fueron tras “el
guillotinado de miles de cabezas”, puesto que ni antes ni ahora, nadie da nada a
cambio de nada... y aquellos, ya digo, cedieron cuando les cortaron la
cabeza.
Pero
las nuevas clases “aristocráticas”, como aquellas de entonces, todos aspiran a
llevarse el máximo, a no pagar nada y a no responder de nada... y digo y reitero
lo de no pagar nada, puesto que... “disponiendo del dinero público, se colocan
los sueldos que quieren y en estos ya meten lo que han de pagar, por tanto no
pagan nada”; sin embargo a los demás, nos “abrochan” como a las
cremalleras.
Pero
aparte de que en lo económico, hacen lo que les da la gana y nadie responde como
debiera... en el resto quieren hacer lo mismo; y hoy al igual que entonces,
quieren “sus tribunales de clase”; donde los que se sientan, son “también de
la clase” y ya lo dice el viejo y dicho popular... “los perros o lobos de la
misma manada jamás se muerden entre ellos”. El resultado, el que hemos visto
y seguiremos viendo.
Como
prueba de todo ello, veamos lo que ya se está preparando:“El Gobierno pactará
con Rubalcaba (jefe de la oposición) un estatuto jurídico para la Familia Real:
Salvo el Rey, el resto de la Familia Real, incluido el Príncipe, carece de fuero
especial. Moncloa esperará a que haya sentencia firme sobre el caso Nóos. Cristina de la Hoz: Vozpópuli (01-03-2012: dónde se citan los
aforados abajo indicados).
Sepamos
los nuevos “aristócratas” que aspiran a lo que antes he dicho y además lo
consiguen plenamente; puesto que hay muchos, muchísimos más.
En esta lista de aforados
entran el jefe del Ejecutivo, los ministros, los presidentes del Congreso y del
Senado y los diputados nacionales y senadores,
También disfrutan de fuero los
presidentes autonómicos, sus consejeros, además de los presidentes de los
Parlamentos autonómicos y sus respectivos parlamentarios,
que, como los anteriores dependen de la Sala de lo Penal del Supremo o de la
Salas de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia.
Además gozan de fuero especial en
el ámbito penal el presidente del Consejo General del Poder Judicial, y del
Tribunal Supremo, el presidente del Tribunal Constitucional, los vocales del
Consejo General del Poder Judicial, los magistrados del Tribunal Constitucional
y del Tribunal Supremo, el presidente de la Audiencia
Nacional, los presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia, los
magistrados de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia,
el Fiscal General del Estado, y los fiscales de Sala del Tribunal Supremo, así
como todos los jueces, magistrados y fiscales. La lista de aforados la completan el presidente y
los consejeros del Tribunal de Cuentas, del Consejo de Estado, y el Defensor del
Pueblo, así como los defensores autonómicos.
Unamos a todo
ello, el que los políticos (y desde que lo impusieran los socialistas, por orden
de Felipe González Márquez en su triste “trecenario” (gobernó 13 años y dejó a
España en la ruina) son los que nombran a los magistrados/jueces de “los altos
tribunales” y donde éstos serían juzgados... por tanto y como hemos visto hasta
hartarnos... “los bizcochos judiciales”, son asegurados, por cuanto y como dice
el sabio dicho... “No es bien nacido el que no es
agradecido”.
Y después de todo esto, que nos vuelva a decir el rey (ya
lo dijo en la pasada Navidad y está escrito) que “las leyes son iguales para
todos los españoles”; que nos diga el rey y resto de políticos españoles, que
esto que aquí gobierna es “una democracia” y que a todos nos ampara por igual,
como también creo que afirma la Constitución Española... y a todo ello, nosotros
los impotentes, ¿qué podemos decir?
Pues el discurso que
nos dejan... ¡¡
Tururuuuuuuuuuuuúúú´!!
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