SIGUE SIN CONCRETAR EL DÉFICIT DE LA COMUNIDAD
Las trampas contables de Griñán: le reclama a Rajoy el dinero que no pidió a Zapatero
Griñán, Montoro y Arenas en la celebración del
Día de Andalucía (EFE) Antonio Castro (Sevilla)
La guerra abierta entre el Ministerio de Hacienda, de Cristóbal
Montoro, y la Junta de Andalucía tiene como referente el déficit de esta
comunidad autónoma y el temor del Gobierno central a que los cajones de José
Antonio Griñán estén repletos de facturas pendientes. Sin embargo,
entre el fuego abierto de datos y valoraciones hay una serie de hechos
incuestionables que demuestran cómo falló la calculadora de la Junta,
hasta el punto de que Griñán pidió al Gobierno de Zapatero menos dinero del
que Andalucía tenía que recibir y, más tarde, guardó la factura para
reclamarla después al Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Por otra parte, tanto Griñán como su consejera de Hacienda siguen sin ponerse
de acuerdo sobre el montante del déficit andaluz… ¿Qué está pasando con la
calculadora? La cercanía de unas elecciones autonómicas, en las que
se atisba un cambio de poder hace temblar los números. Y Montoro ha
incrementado sus viajes en el AVE Madrid-Sevilla con la lupa en la cartera para
ponerla sobre la cabeza de Griñán.
Noviembre de 2011. El consejero de Economía de la Junta, Antonio
Ávila, llevaba meses peleándose con el Ministerio de Política
Territorial, al frente del cual estaba Manuel Chaves, expresidente de la
propia Junta. A las reuniones bilaterales asistía Gaspar Zarrías,
secretario de Estado de Cooperación Territorial, que era quien negociaba. Se
trataba de valorar cuánto debía el Estado a Andalucía por inversiones no
realizadas en los ejercicios 2008-09. La Junta pedía 1.372 millones de euros. Se
escenificaba un enfrentamiento autonomía-Gobierno central… Y en unas semanas se
produjo en milagro. La Intervención del Estado valoró la deuda con Andalucía
en 132 millones más de lo que pedía el Gobierno de Griñán.
Así se preparó la factura
¿Dónde estaba el misterio? Salvando la autoridad incuestionable de la
Intervención del Estado, hubo a quienes les resultó curioso que la factura
andaluza se incrementara precisamente en unas semanas en las que el PSOE daba
ya por perdido el Gobierno y sabía que Rajoy debería hacer frente al
pago.
En cualquier caso, algo está claro en esta parte de la historia: la
calculadora de la Junta falló hasta el punto de que la parte que tenía
que pagar, el Estado -aunque las autonomías también son Estado- le tuvo que dar
132 millones más de lo que pedía.
Hoy es precisamente en esta cantidad de 1.502 millones de euros donde se
apoya el Gobierno de Griñán para cuestionar el déficit que le asigna el
Gobierno, un 3,22%, después del balance realizado sobre el ejercicio de 2011.
Pero aquí, de nuevo, la calculadora de la Junta empieza a patinar. Griñán
situó hace dos meses el déficit de Andalucía en un 1,4% en sesión parlamentaria;
horas después, su consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, lo elevó
al 3%, desmintiendo así al presidente. Y ahora, la propia consejera vuelve a
hablar del 1,4%, dándole la razón a Griñán. Esta nueva versión del déficit se
apoya en que el Estado le debe a Andalucía los 1.502 millones citados, más otros
1.379 del Fondo de Competitividad, restados los cuales, el déficit andaluz se
reduciría hasta ese punto y medio inicial.
Agujero de 4.000 millones
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sigue situando el déficit andaluz
en el 3,22% y ha empezado a viajar a Andalucía con más frecuencia de la
prevista. Ha estado presente incluso en los actos del Día de Andalucía, donde ha
departido con Griñán para manifestar después que la comunidad tiene que
controlar el déficit y el Gobierno central está dispuesto a ayudarle. Montoro
sigue muy preocupado, frunce el ceño y pone cara de circunstancia cuando se le
pregunta por las cuentas andaluzas.
El temor de Montoro coincide con el que ha expresado con frecuencia Javier
Arenas, quien apunta a gobernar Andalucía a partir del 25 de marzo. Ambos
temen encontrarse con los cajones llenos de facturas. De momento, y según
asegura Arenas, el déficit reconocido por el Estado para Andalucía supone un
agujero de 4.000 millones de euros en las cuentas autonómicas del ejercicio
2011, y eso hace imposible considerar como válidos los presupuestos del año en
curso. Es decir, que gane quien gane el 25 de marzo, tendrá que cambiar las
cuentas y, finalmente, la factura, pase lo que pase, la pagará Rajoy.
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