Fue una de las noticias que inundaba los blogs “high tech” mundiales hace
unos días, cuando decidí desconectar. Ya de vuelta quería presentaros lo
principal de Project Glass, el
último proyecto de Google para hacer de internet y realidad conceptos ya
indistinguibles.
Aunque parezca ciencia ficción y la pesadilla definitiva de los luditas, una
mirada amplia os dejará entrever las posibilidades este tipo de visión aumentada
junto a los asistentes virtuales por voz que también recrean. Sea en forma de
lentes de contacto o gafas visibles como elemento definitivo de auto-definición
geek, este podría ser el escenario, dicen en Google, que este mismo año:
Los escenarios imaginables incluyen un mundo mucho más vigilado, no solamente
vía satélite desde gobiernos y poderes múltiples sino desde los propios pares
que pueden estar grabándonos en cada momento. Imaginad el tema en el caso de la
prevención o el tratamiento de revueltas ciudadanas, accidentes de tráfico,
delitos siempre registrados a través de grabadoras permanentes…
O en el caso del Periodismo ciudadano, de todos/as pudiendo reportar desde
cualquier lugar con presencia humana y en cualquier momento lo que esté
ocurriendo.
Sí, lo sé… aparecen, ante la evidente sobrecarga informativa que se imagina,
multitud de reflexiones. ¿Qué será precisamente de la reflexión en este
escenario?. A la vez, como derivábamos hace un tiempo de la ley de Yerkes-Dodson,
veremos florecer también las múltiples formas conocidas o por inventar, de
prejuicio…
También están apareciendo parodias…
Más allá de la era post-pc: la era post dispositivos
En fin… computación “vestible” al precio de los smartphones actuales, dicen
desde Google…, así que si las pantallas flexibles o las campañas más agresivas
de los neoluditas no lo remedian (“Pensamos en tecnologías que trabajen para ti,
que estén cuando las necesites y puedan desaparecer, también, cuando quieras”,
dicen ya en Google en previsión de los ataques), pronto nos veremos, grabaremos,
crearemos, recrearemos, como nueva extensión de los cyborgs que ya somos, entre
píxeles y realidades.
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