EL PSOE VE "DEMAGÓGICA" SU PROPUESTA DE QUE LOS PARLAMENTARIOS MANCHEGOS TRABAJEN GRATIS
¿Política 'low cost' o demagogia? Cospedal sólo ahorraría 125.000€ si sus diputados no cobrasen
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal (Efe). José L. Lobo
¿Políticos bien pagados y mejor cualificados o servidores públicos -pocos, a ser posible- que trabajen gratis, sin otra compensación que una casi filantrópica dedicación a la comunidad? La presidenta de Castilla-La Mancha,María Dolores de Cospedal, revolucionó ayer el debate en el Parlamento autonómico al decantarse claramente por la segunda opción: se comprometió a reducir a la mitad los diputados regionales -de 49 pasarían a 25- y a que no cobren por su tarea. Su propuesta fue aplaudida por los suyos -aunque no todos- y tachada de "demagógica" por la oposición socialista. ¿Es realmente una medida de austeridad eficaz o un simple guiño populista?
Con la primera de las medidas anunciadas ayer durante el debate del estado de la región, la número dos del PP se subió al carro del que empezó a tirar Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, y al que también se han sumado Alberto Núñez Feijóo en Galicia y José Ramón Bauzá en Baleares: podar el número de parlamentarios autonómicos. Un recorte que, a la vista dela profunda desafección de la calle hacia los privilegios -reales y supuestos- de la clase política y su coste para las deprimidas arcas públicas, muy pocos dirigentes se atreverán a rechazar. ¿Qué partido asumiría el desgaste de oponerse a una receta de austeridad de tan sencilla aritmética: a menos diputados, menos salarios que pagar?
Fue su segunda propuesta, sin embargo -que sólo algunos colaboradores conocían de antemano-, la que agitó a los diputados en sus asientos. Esta vez, Cospedal quiso adelantarse a otros barones de su partido e ir mucho más allá: ningún parlamentario cobrará por su trabajo. O mejor dicho: serán una especie de políticos low cost, porque, si la medida sale adelante, tan sólo percibirán dietas por asistir a los plenos y comisiones. Es muy probable que, en estos tiempos de estrecheces, la inmensa mayoría de los ciudadanos aplauda su iniciativa. O tal vez no. Porque el desprestigio social de los políticos ha caído tan bajo que Cospedal corre el riesgo de que su proyecto, como hizo ayer el PSOE, sea despachado con la etiqueta de "demagógico".
Ahorro simbólico
"Estamos de acuerdo, pero si empieza usted por dar ejemplo y renuncia a su sueldo como presidenta", le respondió el portavoz socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha. José Luis Martínez Guijarro añadió que hoy mismo "tendrá la oportunidad de dar ejemplo, porque presentaremos una resolución para que, además de los diputados, usted vote a favor de que la presidenta de la Junta renuncie también a su sueldo, y con usted los consejeros, directores generales y altos cargos". ¿Una trampa política para Cospedal, una propuesta sincera o, simplemente, otra dosis de demagogia?
Los salarios de los 49 parlamentarios manchegos suman 1,5 millones de euros anuales. O lo que es lo mismo: 125.000 euros al mes. Si el plan de rebajar aquella cifra a 25 diputados llega a aplicarse, la nómina mensual de todos ellos ascendería a 62.500 euros, una suma que, sin ser despreciable, significaría un ahorro poco más que simbólico. A no ser, claro está, que cundiera el ejemplo y los demás parlamentos autonómicos se contagiaran de ese brote de austeridad. Al fin y al cabo, el presupuesto global para 2012 de la Cámara de Castilla-La Mancha apenas supera los nueve millones de euros, muy lejos de los 30 millones que cuesta la del País Vasco -con la misma población- o los 25 millones de la de Aragón, mucho menos poblada.
¿Es realista un escenario de políticos amateurs, competentes y entregadossólo por altruismo o a cambio de un salario simbólico? "Yo creo que en este país la remuneración de los responsables políticos no se corresponde con sus responsabilidades ni es homologable con el resto de Europa. Esto no es bueno para la atracción de talento ni de personas comprometidas", dijo el pasado mes de febrero el ex vicepresidente del Gobierno y ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato. Más allá de que las retribuciones de los trabajadores españoles tampoco son comparables a las de los asalariados de la mayoría de países de nuestro entorno, y de que la credibilidad de quien pronunció esas palabras atraviesa horas bajas, lo cierto es que una gran mayoría de diputados del Congreso comparte la esencia -casi siempre en privado- de esa reflexión.
"Por amor a la cosa pública"
"Una de las demandas que ha tenido más eco entre la opinión pública desde que empezó la crisis es la de bajar el sueldo a los políticos", recuerda desde la web Politikon Pablo Simón, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Pompeu Fabra. "Entre las propuestas más drásticas están la de que cobren el salario mínimo interprofesional o que, directamente, no reciban un euro por su trabajo. Eso sí, no sólo se quiere que los políticos cobren menos o no cobren; también se quiere que sean buenos. O al menos mejores que los actuales. ¿Encontraríamos largas colas de personas dispuestas a gestionar mucho y bien por amor a la cosa pública?", se pregunta el politólogo.
Tras referirse al sueldo de Mariano Rajoy -72.600 euros anuales después del recorte aprobado el pasado mes de julio por el Consejo de Ministros-, el catedrático de Economía y Estrategia Luis Garicano sostiene en su blogNada es gratis que "vivimos en una situación en la que es imposible que los mejores puedan ir al sector público". Garicano añade que "si uno es una persona formada, con estudios de posgrado en una universidad famosa, con conocimientos de idiomas, inteligente, trabajadora y con unos cuantos años de experiencia, puede aspirar a ganar en España 100.000 o 150.000 euros sin ningún problema en un bufete de abogados decente o en una consultoría mediana. ¿Y a quién queremos poner de ministro de Fomento o de secretario de Estado de Hacienda? ¿A una persona media que merezca un sueldo medio o a una persona que cumpla esos requisitos de excelencia?".
Cospedal dijo ayer que su objetivo es que los parlamentarios de Castilla-La Mancha no vivan de la política, sino de sus actividades profesionales. Pero no aclaró cómo evitará el probable absentismo, la tentación de la apatía y la incompatibilidad entre trabajo público y labor privada. Tal vez la respuesta esté en las redes sociales, que han hervido en las últimas 24 horas con las aportaciones de defensores y detractores de esa propuesta. "Sería un paso atrás. La solución es bajar los sueldos, menos altos cargos y menos enchufismo en diputaciones y consejerías", apuntaba un twittero. "Excelente iniciativa de Cospedal. Esperemos que en diputaciones y ayuntamientos grandes se haga lo mismo", sostenía otro
.
.
|
|
