SAN JORDI LIBROS Y ROSAS
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 24-04-2014. Soy un
empedernido lector, un ratón de biblioteca, pero ayer no tenía humor para
pasearme por las Ramblas, al igual que otros años. Contemplar en el Hospital
Clínico cómo lenta e inexorable se apaga la vida de un íntimo, altera las
prioridades. Excelente la atención hospitalaria, pero inevitable final. Se van
casi sesenta años de recuerdos.
Pero la vida continúa, y Cataluña
ofrece un espectáculo tan disparatado que hasta ayuda a olvidar las miserias
de la existencia. Del hospital al ordenador, apenas cinco minutos, mezclo
sentimientos y las relativas obsesiones e intereses de nuestros políticos
empeñados en “cambiar la Historia” (sic). Deberían pasar por el Clínico
para convencerse que ni ellos son el eje del Mundo, ni siquiera de Europa, y que por mucho que
griten la Historia continuará impertérrita, en este caso un poco peor
que antes de su aparición.
Decía que el martes Artur Mas,
tras su descanso de Semana Santa, agotó varias televisiones, y continúa el
miércoles. Su corte de subvencionados pelotas, al igual que achaco a otros,
deben insistirle que no solo es fotogénico sino que sus discursos conforman la
sal de la vida en Cataluña. Pero insisto que no menos de seis millones de
catalanes de los 7,5 cambian de canal apenas aparece su imagen. Lo mismo
con Oriol Junqueras que celoso compite en horas de emisión.
Volviendo a los “libros” de San
Jordi sonreí al leer en el subvencionado ARA:
L’increïble
cas de l’home que es va llegir el llibre de Sant Jordi
“El increíble caso del hombre que se
leyó el libro de San Jordi”
El libro se había marchitado en una
estantería antes que la rosa, y pasado el tiempo se le ocurrió leerlo. Un libro
con suerte porque en Cataluña donde se bate el record europeo de ediciones por
habitante, apenas se lee.
Vale lo escrito en 2007:
FERIA DEL LIBRO
DE FRANKFURT
Corta conversación con una editorial
de ideología a la izquierda de la izquierda. “Tú libro “Barcelona 30 años de
corrupción” nos interesa, con alguna corrección para evitar demandas, pero en
CATALÁN, y como la Generalitat no nos lo subvencionará por la temática, alguien
debería cubrir la financiación hasta su puesta en el mercado, que en una de
nuestras colecciones se venderá bien”. “Hasta que alguien os advierta, o peor,
y los libros que habré pagado yo, se pudran en cualquier almacén, como ya me ha
sucedido”. “Es lo que hay”. “Prefiero colgarlo en Internet”. Coste CERO, y
lectores asegurados.
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