Hemos de asumir que las expropiaciones son necesarias para
el bien común. Sin una ley de expropiaciones forzosas pocas obras públicas
acabarían siendo ejecutadas, y aunque evitar alguno de esos monstruosos
proyectos podría ser incluso positivo en más de una ocasión, hemos de
asumir la necesidad de la norma.
Los abusos de las expropiaciones. Algo que ocurre a diario.
Ahora bien, la misma norma promueve los abusos de las
expropiaciones, porque creo que no basta con decir que se hace por el bien
común, cosa que me parece muy bien, porque al que le expropian pueden estar
arruinándole la vida. Lo menos que se puede pedir a cambio es una
remuneración justa, o incluso espléndida, diría yo. Bajo mi punto de vista
las expropiaciones deberían llevar un plus de daños y no tendrían que
valorarse las cosas a precio de mercado, sino bastante por encima. Y si lo
que se expropia es solo la parte de una finca, el propietario debería tener
la oportunidad de exigir que le compraran la finca entera, porque una vez
expropiada la fracción y plantado el monstruo encima, puede que el uso o el
valor restante sea bien poco.
Los abusos de las expropiaciones
a veces se resuelven en los tribunales
Otra cosa que me llama mucho la atención de las
expropiaciones, es que no solo las valoraciones suelen ser insuficientes,
sino que, además, parece que no sepan ni medir los terrenos. Sería el caso
de una reciente sentencia, en la cual, la Sala de lo Contencioso del
Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia obliga a la
Administración a pagar 1.300.000 euros, cuando lo tasado era de solo
218.800 euros. Entre otras cosas, parece ser que habían calculado 4.200
metros cuando lo expropiado se acercaba a los 6.000, y todo para que
alguien haga negocio a costa del AVE. Me parece indignante, pero al menos
en esta ocasión el Tribunal parece haber puesto las cosas en su sitio.
Ramón Cerdá
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