EL MINISTRO JOSÉ MANUEL SORIA Y LOS PAPELES DE PANAMÁ
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 15-4-2016. Sobre los
‘papeles de Panamá’, con profundizar en la comisiones de los hijos de Javier
de la Rosa, por cuanto daban a mi entender un nuevo panorama en la
operación de compra de las 1.142 oficinas del Banco de Santander por parte
de Oleguer Pujol y sus más de 2.000 millones de euros de blanqueo
-operación de unos 3.100 millones si se suman las oficinas del Banco de
Sabadell, Bankia, el País, y etc- y la inquietante presencia de Doña Pilar
de Borbón, que mi imaginación liga al Banesto de sus marido Gómez-Acebo,
fallecido en 1991, o sea al de Mario Conde, me daba por satisfecho.
Tantos personajes ligados al
escándalo dispersaban mi atención. Hace tiempo que en particular dejaron de
interesarme cada una de las corrupciones que se publican, simplemente por ser demasiadas.
La Independencia de Cataluña fruto de la Crisis y la Corrupción llenaba
mi tiempo y escritos. Pero el ministro Soria con tanto foco atrae sin
remedio.
No quería que me interesara, pero
desde su primera disertación por televisión se adivinaba que su bucle de
palabras intentaba negar la evidencia. Al igual que otros implicados, pero ¡él
es ministro y diplomado en Ciencias Económicas y Empresariales! Un
ministro, que recordándome sus explicaciones sobre el precio de la
electricidad, era capaz de hacernos comulgar con ruedas de molino, o darnos
sopas con honda. Uno se convencía de que bajaría el recibo de la luz… hasta que
recibía el próximo. Y si no entendí nunca sus explicaciones sobre la formación
del precio de la electricidad, ahora sigo sin entender su participación en las
varias sociedades de su familia. Mejor dicho, se entiende a la perfección,
además de existir las sociedades, el ministro miente. Y más grave, sus
compañeros se queman las manos.
Y cuando le oí que autorizaría o
pediría al Fiscal General que investigara y demostrara su total
inocencia, me dije que desbarraba. La tan cacareada libertad y obligación de la
Fiscalía de investigar los delitos, se iba al garete. Un pecado mortal
democrático. La absoluta negación de la separación de los poderes Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. Si que se sepa no existen aun denuncias de oficio con lo
publicado sobre Panamá, un ministro pidiendo que Fiscalía le exculpe, pasa de
escatológico... y le otorga a los ‘papeles’ más veracidad.
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