Pequeños fraudes y errores, el maná de Hacienda
por Ramón
Cerdá
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Hacienda cada vez dispone de más información y cada vez aprende
a «cruzarla» mejor. Dispone de una verdadera artillería que le permitiría
perseguir fraudes y entramados complejos, pero para eso no solo hacen falta
medios (que los tienen), sino ganas de trabajar y de echarle horas a la
investigación de situaciones complejas. Como digo, disponen de los cañones
necesarios para declarar la guerra a los grandes defraudadores, pero prefieren
usar su nada modesta munición contra pequeños fraudes y errores. Es algo así
como...
... matar moscas a cañonazos. La persecución de pequeños
fraudes y errores
De esa manera van de «sobraos», sus sistemas informáticos no
hacen más que escupir requerimientos automáticos a diestro y siniestro y ellos
se limitan a hacer un seguimiento de ese papeleo puramente burocrático. No se
han de estrujar la sesera ni se han de esforzar demasiado porque el «enemigo»
al que le han declarado la guerra es pequeño, se encuentra disperso y está
literalmente desarmado. De ese modo su batería de guerra puede funcionar a
medio gas y aun así, arrasar.
¿Es ilegal ese comportamiento? Posiblemente no, pero es
desproporcionado y claramente parcial e interesado por su parte, además de que,
entreteniéndose en pequeñas partidas de dominó, dejan escapar las de póquer,
mucho más sofisticadas y complejas, los verdaderos fraudes importantes que, cuando
se destapan, se eternizan en los juzgados y acaban diluyéndose en la nada como
la nieve cuando llueve, porque su incompetencia como administración se traslada
a otra administración igual o más incompetente que ellos. El problema es que no
hay suficiente formación, pero no solo hablo del personal de Hacienda, sino de
fiscales, jueces y policías entre otros. Que no digo que no estén preparados
para ciertas cosas, pero desde luego no lo están para cualquier caso, no son
multifuncionales, y es lo que suele ocurrir en entramados de fraude al fisco.
Muchos son los fiscales y jueces que pueden ser brillantes y aun así carecer de
la formación necesaria para atajar, o siquiera comprender, una trama de fraude
que les viene grande. Eso hace que se eternicen en los juzgados (las pocas que
llegan).
Voy a contar una pequeña
anécdota de escasísima trascendencia, pero que denota el nivel de
formación de la fiscalía (y hablo de la Audiencia Nacional) en temas
fiscalomercantiles:
A menudo ocurre que por algún error de
transcripción, en el Registro Mercantil figure alguna sociedad con el NIF de
otra, es algo que a mí me ha pasado en bastantes ocasiones y ocurre
principalmente cuando una sociedad está participada por otra. En estos casos en
la escritura lógicamente figuran los datos de la sociedad y de su socia y
ocurre más veces de las que se podría suponer que, a la hora de grabar el NIF,
se coja el que no es. ¿Qué pasa en esos casos? Pues pasar no pasa nada porque
en Hacienda cada sociedad sigue teniendo su NIF, y lo que ponga en el Registro
Mercantil en ese aspecto no tiene demasiada (yo diría que ninguna)
trascendencia. Es un error material sin consecuencias jurídicas que puede ser
subsanado en cualquier momento, de oficio o a petición de las partes.
A lo que iba, en un procedimiento de
estos que se eternizan durante más de una década en tribunales, resulta que hay
unas sociedades que tienen el mismo NIF. Evidentemente es un error porque no
puede ser otra cosa. Pues la fiscalía, además de interrogar sobre el asunto
como si se tratara de un acto terrorista, acaba haciendo la siguiente consulta
por escrito a Hacienda, y cito textualmente:
«[…] si es posible que un
mismo NIF pueda identificar a varias sociedades o si, por el contrario, se
trata de un número de identificación único».
A ver, señores, eso es como preguntar
si un mismo número de DNI puede identificar a varias personas, no divaguemos,
ese no puede ser el nivel de formación de alguien que se supone que está
investigando y acusando a personas por un fraude fiscal. Hay que tener un poco
más de formación para poder realizar esas actuaciones.
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Volviendo al asunto principal de este
artículo sobre contra quién actúa Hacienda, diré que don José María Peláez,
expresidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda (seguro
que sí sabe de lo que está hablando) dijo hace poco y de manera expresa que
Hacienda dedica la mayor parte de sus medios a controlar «pequeños fraudes o
errores» de contribuyentes con perfiles de empleadas de hogar, jubilados y
jóvenes, algo que dice mucho de ellos.
Lo dijo en las jornadas de la UGT sobre
justicia social y fiscalidad e incidió en que Hacienda pretende que las
empleadas de hogar tributen de manera «estimada» porque muchas trabajan por
horas y Hacienda no dispone de los datos de cotización. También habló de que
Hacienda ha estado exigiendo a los jubilados que cobran pensión del extranjero, a declararla
y a pagar recargos y sanciones; de esto ya hablé yo en su momento.
Otra cosa que comentó en las jornadas fueron los requerimientos a jóvenes por
deducciones de alquiler ante el más mínimo error encontrado en sus
declaraciones.
Peláez añadió: «Si se comparan algunas
de estas situaciones con el trato tan beneficioso que se ha dado a los
defraudadores en la reciente amnistía fiscal o las cartas de aviso que se les
enviaron a los que tenían cuentas en Suiza para que regularizaran su situación
sin sanciones, sólo cabe sentirse avergonzado».
Pues eso, que yo también siento vergüenza,
aunque ajena.
Ramón Cerdá
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