Digo que mejor recibimiento no cabe para la nueva presidenta de la Generalitat Sáenz de Santamaría. Me hubiera gustado más alguién de Ciudadanos, incluída Arrimadas, por la lucha de Albert Rivera contra la 'corrupción institucionalizada' catalana, pero entiendo que para limpiar la cueva de ALIBABÁ se necesita gente de peso específico y empaque con toda la estructura del Estado a sus órdenes. Y debo añadir que no me entusiasma el PP, tampoco el PSOE, me recuerdan la gran crisis a partir del 2007, año en que inicié mi blog que da fe de mis filias y fobias, pero las prioridades se imponen. Puigdemont y Junqueras, además de encubrir o propiciar la corrupción, han conducido al propio independentismo a un pandemónium sin sentido.
Tenía mis dudas de si hoy los 'hombres de negro' de Rajoy podrían tomar posesión de sus despachos. En hipótesis el millón de manifestantes de ayer, 300.000 dicen fuentes poco fiables, podrían abrirse camino hasta el Palau, y en cuanto a los mossos parece que 'cumplirán las órdenes', es decir no obedecerán a los cesados, ¡veremos!
Los profesionales del independentismo ¡pagados por el Estado que los ha cesado! han de entender que la Calle no es suya, al igual Josep Rull, ex consellé de Territori, que ayer inauguró una estación y que dice hoy irá a su despacho. Allá él si pretende que le detengan por 'usurpación de funciones' en el caso de que le permitieran el acceso. Mejor que se dediquen a comentar con Puigdemont la victoria del Girona contra el Real Madrid. En mis tiempos los de la 'ÇEBA' hubieran afirmado que Franco ordenaría que ganara el Girona para atemperar tensiones en Cataluña. Ironia imposible.
Y en Montserrat erre que erre desde el púlpito: "La singularidad del pueblo catalán ha sido menospreciada". Menospreciada fuera por Pujol y los suyos, ergo Puigdemont. Y he corrido suficiente mundo para dudar de singularidades, o 'pueblos' de aquí o allí. Diría que esas 'singularidades' solo existen en el fabricado discurso de charlatanes profesionales del nacionalismo, y que la globalización reparte y esparce cultura o incultura por igual, y que guste o no ¡es lo que hay!
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