Es un hombre de paz y convicciones religiosas. De 'diálogo' declara ante el Supremo. El diálogo del 'si o si' hasta la independencia, y por el camino que el Estado pague las 'estructuras de estado' para su nueva república. La 'paz' de quién insisto amenazaba hace cinco años con huelgas generales que detendrían la economía de Cataluña. Y la detuvieron en las llamadas 'huelga de país' con piquetes en las avenidas, autopistas y carreteras, trenes y AVE, provocando el pánico en las empresas y temor en los obreros por la repercusión en el paro. Me temo que esa 'paz' que provocó la rebeldía y desobediencia a la Constitución y al Constitucional, amén de un modo de entender y disponer del 'dinero público' con el que pagaban ese 'procés' hasta declarar una ilegal e unilateral Independencia, no le sacará de prisión.
A mi entender repito en todas las democracias occidentales se hallaría mínimo en prisión por malversación con fines partidistas. En algunos por traición y rebelión. Gentes, en definitiva cobrando de los presupuestos públicos, paseándose por Europa y América 'conspirando' contra el Estado, merecen ser retirados de la sociedad que les mantiene con excesiva magnificencia.
Ignoro si el Supremo decretará prisión con o sin fianza, pero desde que ese sujeto se halla fuera de circulación, Cataluña, la Calle catalana, parece más calmada. Ni siquiera los dos millones de fieles obsesos se han lanzado en masa a sus habituales ocupaciones callejeras para liberarle. Diría que sus obedientes profesionales de la independencia, que movían las masas, se han disuadido. Incluso TV3 se ha moderado. Los reyes del mambo y la estelada se han arrugado, y aun ejerciendo su derecho de expresión, toman conciencia que organizar ese derecho con fondos públicos es un delito aquí y en todo el mundo.
Ayer por la mañana Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ejerció su derecho de expresión ante el edificio del Supremo. Predicó sus habituales tópicos, citando a quién perdió un ojo enfrentándose a los antidisturbios -un habitual o profesional de los piquetes- y culpando al Estado de todos los males que más o menos padecen todos los estados del mundo. Y nadie le detuvo ¡faltaría más!, pero si se demostrara que esos viajes los paga la Generalitat, dinero público, debería acompañar a su jefe Junqueras. Cabe recordar de nuevo la condena del ex presidente francés Jaqués Chirac.
Poco ayuda a su adorado posible 'president' mitineando a unos metros sobre la necesidad del encarcelado en la Política Catalana, pues aunque disfraza sus objetivos con ingeniosas frases se le entiende alto y claro que intentarán una y mil veces ese 'procés' y esa independencia con insisto 'dinero público'. Repiten a diario que de nuevo abrirán sus 'embajadas', para sin duda conseguir socios y cómplices por todo el mundo que reconozcan esa república que provocaría un estallido en la zona euro y los mercados mundiales. Misión abortada pero a continuar... por el momento nadie les ha reconocido.
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