Pedir
el combustible que se desea al operario de la estación de servicio, ir
a pagar y volver a subirse al coche es un acto que todo
conductor ha mecanizado. Pero ¿qué ocurre cuando se pone erróneamente
en el vehículo un combustible que no le toca? ¿Y si se avería el coche
a raíz de esa equivocación hay manera de remediarlo? Repostar con gasolina
un motor
diésel, o viceversa, puede provocar graves daños mecánicos en
el vehículo si no se actúa a tiempo.
Aunque parezca increíble, el Real Automóvil Club de España (RACE) estimó
que en 2016 fueron más de 73.000 los conductores que
se equivocaron al repostar combustible en su
vehículo, es decir, que pusieron gasolina a un diésel o
viceversa. En el mejor de los casos, si se advierte el
despiste se puede solucionar con una limpieza general de
los conductos y el depósito que puede ascender a los 500
euros; si se circula con el combustible erróneo existe la
amenaza de una avería mucho más grave y
costosa.
INDEMNIZACIÓN
POR EL ERROR
El consumidor tiene derecho a ser indemnizado por este tipo de situaciones, según la Ley General para la Defensa de los Consumidores y usuarios por los daños y perjuicios causados por el uso de suministros y servicios erróneos. Así pues, es responsabilidad de la gasolinera los errores cometidos en el repostaje.
El consumidor tiene derecho a ser indemnizado por este tipo de situaciones, según la Ley General para la Defensa de los Consumidores y usuarios por los daños y perjuicios causados por el uso de suministros y servicios erróneos. Así pues, es responsabilidad de la gasolinera los errores cometidos en el repostaje.
Eso sí, con un matiz que subraya
Javier Sanguino, abogado de ARAG: “Los consumidores solo
serán indemnizados en caso de no haber puesto la gasolina ellos, sino un
trabajador de la estación
de servicio”. Si se trata de una gasolinera de autoservicio, es
el propio consumidor el responsable del error, y la
estación de servicio queda eximida de responsabilidades.
Reclamación y pruebas
Siempre que el usuario quiera
denunciarlo y poder ser recompensado deberá aportar pruebas.
Tal y como afirma Sanguino, “habrá que aportar el ticket que
demuestre que se ha repostado, qué tipo de carburante se
ha suministrado y un informe pericial del taller
donde se reparó el vehículo que confirme los daños causados por el
uso de un combustible inadecuado”. Por otro lado, en caso de dudas sobre
quién ha puesto la gasolina se puede solicitar la grabación de las cámaras
de seguridad.
Estas pruebas deben ser suficientes
para acreditar que los daños causados en el coche o moto
vienen dados por un fallo cometido por parte de la estación de servicio.
Además, es importante pedir la hoja de reclamaciones
de la estación y hacérsela llegar a la Oficina Municipal de Información al
Consumidor (OMIC) o a los Servicios de Consumo de la comunidad autónoma.
Procesos legales
Puede solicitarse la mediación a
través de consumo o bien un proceso de arbitraje,
ambos voluntarios, entre el consumidor y la gasolinera. Pero en caso de no
obtener un resultado positivo se podrá reclamar por vía judicial
dirigiendo la reclamación no solamente a la entidad suministradora de
carburante, sino también a la compañía aseguradora
que cubra su responsabilidad civil.
Por otro lado, el consumidor debe contemplar que, si los daños no
superan la cuantía de 2.000 euros, no necesita la
intervención de un abogado para acudir a la vía judicial.
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