LAS HERENCIAS EN VIDA REPUNTAN UN
70 % EN GALICIA POR LA NUEVA FISCALIDAD
Desde inicios de año, 14.000
gallegos se han acogido a esa vía, con fuertes exenciones
PILAR CANICOBA
La herencia en vida es una rareza
que permite el derecho civil en Galicia, una de las pocas comunidades -junto al
País Vasco, Baleares, Navarra, Cataluña y Aragón- en las que es posible para un
contribuyente entregar parte de sus bienes a sus herederos sin tener que morir.
Es una fórmula a la que se acogen unos 11.000 gallegos cada año, para
facilitar la entrega de una empresa, una vivienda u otros bienes. Se evita todo
el proceso posterior en caso de fallecimiento, permitiendo que el familiar que
hereda pueda ya gestionar en vida esos bienes, e incluso venderlos. Y no hay
límite expreso a lo que se puede añadir en esos pactos sucesorios.
Esos 11.000 casos anuales son una
cifra que permanece estable desde hace más de un lustro (fueron eran 11.500 en
el 2011, por ejemplo). Hasta ahora. La línea se ha interrumpido para subir de
forma muy importante este 2016. Solo entre enero y agosto, casi 14.000
contribuyentes gallegos (13.823 en concreto, según los últimos datos de la Consellería de
Facenda) han presentado autoliquidaciones para recibir una
herencia en vida a través de pactos sucesorios. En el 2015, en los mismos ocho
meses se contaban apenas 8.000 casos. El incremento es de más del 70 % y de
mantenerse la tendencia, a final de año la Administración autonómica cuenta con
llegar hasta los 20.000 procedimientos, casi el doble que en un ejercicio
corriente.
¿Qué ha pasado para que se dé ese
fenómeno? Un cambio fiscal desde el 1 de enero del 2016. Las herencias
tienen nuevas exenciones que hacen que la comunidad se sitúe entre las que
disponen de una fiscalidad más ventajosa. Desde esa fecha, el mínimo exento por
el que se paga sucesiones pasó de 125.000 euros a 400.000, sin contar la
vivienda habitual, y por receptor, no por el conjunto de los bienes. Es decir,
que si un heredero recibe por su parte un legado de 480.000 euros, tributa ahora
por los 80.000 restantes.
Esa medida beneficia a «calquera
cidadán que reciba unha herdanza de seu pai, fillo, avós, netos o cónxuxes,
sempre que estes residisen en Galicia», según se explica en la guía impositiva
de la Axencia Tributaria de Galicia (Atriga).
Esas bonificaciones fueron una de
las principales novedades que presentó el Gobierno de Feijoo con los últimos
presupuestos de su legislatura, y la respuesta se empieza a advertir ahora.Los
interesados se están acogiendo en masa y optan por ejecutar esa sucesión ahora
que existe esa fiscalidad mejorada, por si en un futuro se cambia (es potestad
de la Xunta de turno).
Misma fiscalidad, La tributación en las herencias en vida es idéntica a la de las
de muertos: mismos tipos, reducciones ? Y desde enero, la Xunta aplica ese
nuevo criterio que permite que prácticamente todos los pactos sucesorios se
queden sin abonar el impuesto de sucesiones a la hacienda autonómica. O, si lo
hacen, pagan poco. Las casi 14.000 autoliquidaciones por pactos
sucesorios de este año no se corresponden exactamente con otras tantas herencias.
Porque cada uno de los receptores de ese legado tiene que hacer una declaración
y pasar por caja. Otra casuística añadida puede explicar el fortísimo repunte
de este año: desde febrero una sentencia del Tribunal Supremo
exime también de pagar el IRPF
en los pactos sucesorios contra el criterio de la Agencia
Tributaria, que entendía que se trataba de una ganancia patrimonial.
Es un aliciente más para ejercer una transmisión de bienes de este tipo, aunque
algunas fuentes dudan de que Hacienda -esto es una competencia estatal- lo esté
aplicando realmente y no esté demorando su ejecución a través de recurso de
unificación de doctrina. Porque este caso, que se produjo a instancias de un
afectado gallego, rompía el criterio mantenido hasta ahora por el Estado, y
defendido por el TSXG.
La Xunta estima una merma de 70
millones en el impuesto, por las bonificacionesEl cambio desde enero en el impuesto de sucesiones tendrá su
impacto en las arcas autonómicas que la Consellería de Facenda ya estimó
cuando presentó esa novedad hace casi un año: 70 millones de euros menos. La
Xunta -se trata de un tributo que gestionan las comunidades, y eso conlleva
notables diferencias entre ellas- ingresó en el 2015 algo más de 160 millones
por este tributo, por lo que se advierte el palo a las arcas autonómicas. Se
explica teniendo en cuenta que, según Facenda, el 99 % de los declarantes
dejarían de tributar con esa rebaja de impuestos.
Está por ver también qué impacto
tiene la medida en la renuncia de herencias en Galicia, que marcó un nuevo
récord en el 2015, con más de 2.300 casos por no poder pagar los impuestos que
conllevaban, o las deudas que arrastraban. Las claves del impuesto. Están obligados
a declarar el impuesto de sucesiones todos los que adquieren bienes o derechos
por herencia, legado o pacto sucesorio. También quien recibe seguros de vida
cuando el contratante es una persona distinta del beneficiario. No hacerlo
puede provocar, aparte de sanciones, «que intermediarios financeiros non autoricen
a retirada de fondos aos herdeiros, as compañías de seguros non entreguen a
cantidade contratada ata que se xustifique o pago do imposto, ou os rexistros
da propiedade non autoricen o cambio de titular dos bens», explica la Atriga.
En caso de un
legado por muerte, el heredero tiene seis meses tras el fallecimiento para
hacer la autoliquidación. Si se trata de un pacto sucesorio en vida, se puede
hacer en cualquier momento, a través de las fórmulas jurídicas de apartación
(dar entregar la llamada legítima) o mejora (para bienes concretos).
|