La dificultad de demostrar ante un juez las secuelas de la fibromialgia es un freno para adquirir la incapacidad permanente absoluta
La fibromialgia es un trastorno
crónico que causa dolor generalizado, hipersensibilidad y fatiga persistente.
En España, la padecen alrededor de un millón de personas y se estima que un 20%
de los afectados podrían tener algún tipo de incapacidad para desempeñar
sus funciones laborales. "No es la primera causa para conceder una
invalidez", destaca Mª José Iglesias Toro, abogada especializada en
derecho laboral. Añade que para que un tribunal falle a favor de la
Incapacidad Permanente Absoluta, el afectado debe acreditar "lesiones muy
acentuadas acompañadas de una depresión crónica y de larga
evolución".
Carla (nombre ficticio) trabajaba como
maquinista industrial cuando solicitó una pensión de invalidez a la Seguridad
Social como consecuencia de la fibromialgia y un trastorno depresivo grave que
le diagnosticaron. El Equipo de Valoraciones de Incapacidades (EVI), denegó su
petición al considerar que "no se encontraba en situación de incapacidad
permanente en ninguno de sus grados". Carla denunció a la institución y
solicitó la Incapacidad Permanente Absoluta, la justicia le dió la razón en
primera instancia y condenó a la Seguridad Social a pagarle una pensión
vitalicia del 100% de su salario.
El TSJ gallego –tras el recurso
interpuesto por la Seguridad Social– matiza ahora la primera resolución,
basando su criterio en un "proceso de individualización" del caso a
enjuiciar y obliga a la Seguridad Social a concederle la Incapacidad Permanente
Total, es decir, la invalidez que únicamente inhabilita al empleado en determinadas
funciones de su profesión habitual.
Algunos expertos consideran la profesión
habitual aquella que ha desempeñado el empleado "en los doce meses
anteriores a la fecha de inicio de la incapacidad temporal de la cual
deriva la incapacidad permanente". En cualquier caso, la Incapacidad
Permanente Total no inhabilita al trabajador para el ejercicio de otras
profesiones. Otra situación es la Incapacidad Permanente Absoluta,
aquella que no permite desempeñar ninguna función laboral al no poder garantizar
un mínimo de "rendimiento, eficacia y profesionalidad".
Aunque las causas de la fibromialgia no
están del todo esclarecidas, expertos en medicina afirman que puede estar
relacionada con alteraciones neurológicas. Por este motivo, es frecuente que la
patología "se desarrolle tras sufrir una infección bacteriana o
viral, un accidente u otra enfermedad que limite la calidad de vida",
según indica la Fundación Española de Reumatología.
A efectos de incapacidad permanente,
"es habitual que esta patología vaya acompañada de depresión y otras
lesiones del aparato locomotor como hernias discales o artrosis", explica
Iglesias a eldiario.es.
Los expertos subrayan que una de las muestras para medir la enfermedad es el
dolor y para ello se tienen en cuenta 18 puntos que se reparten de forma
simétrica por todo el cuerpo. Algunos de ellos se encuentran en la parte
inferior del cráneo, pasando por las cervicales, escápulas, costillas y las
rodillas. La confirmación de once puntos de dolor supone el diagnóstico de la
enfermedad y "debe haber al menos 14 puntos identificados para obtener la
incapacidad permanente", señala Iglesias.
"El dolor es subjetivo y no
constituye una base para acreditar que existe invalidez", es uno de los
argumentos más utiliza la parte demandada en los procesos judiciales sobre la
concesión de incapacidades permanentes, sostiene Iglesias. Sin embargo, los
informes médicos de la Seguridad Social y no de sanidad privada, acreditando la
imposibilidad de realizar determinadas tareas son fundamentales para constatar
la incapacidad.
El caso de Carla no es el primero que
dibuja este escenario para aquellos que solicitan la Incapacidad Permanente
Absoluta con motivo de esta enfermedad. Otra sentencia del TSJ de Extremadura
concede la Incapacidad Permanente Total a una camarera con fibromialgia y
hernia discal que solicitó la Incapacidad Absoluta y que sin embargo, le
denegaron al considerar que sus secuelas no anulaban por completo su capacidad
laboral.
El TSJ gallego recoge en la sentencia que
determinadas lesiones pueden afectar de manera distinta a cada trabajador y
subraya valorar al detalle el grado de las lesiones para comprobar en qué
medida influyen en las capacidades de la persona afectada. En este caso, Carla
pidió una prueba pericial que reconoce sus patologías psíquicas, según la
sentencia. La resolución añade que dicho informe "debe prevalecer sobre el
dictamen del EVI".
El tribunal considera que la fibromialgia,
el trastorno ansioso-depresivo y el trastorno somatomorfo que le diagnostican a
Carla, le incapacita de manera permanente "para desarrollar con la debida
profesionalidad y el exigible rendimiento su actividad profesional". La
justicia matiza de esta manera la primera sentencia concediéndole la Incapacidad
Permanente Total y condena a la Seguridad Social a pagarle una pensión
vitalicia del 55% del salario que percibía. Por Mónica Martín 31 jul 201821:16
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