TAN CULPABLES SON LOS QUE HACEN Y PERMITEN HACER COMO LOS QUE CALLAN. LA PRENSA SIEMPRE HA TENIDO CONOCIMENTO DE TODO Y CALLA COMO COLABORADORES PARA VER SI LE CAEN NUEVAS SUBVENCIONES O NUEVOS ANUNCIOS MILLONARIOS.
Autor: José Piñeiro , Periodista y director de la VP.
Es necesario un cambio de paradigma en el mundo de la prensa hace falta profesionales que busquen la democracia, la libertad y la veracidad.
Uno no puede fiarse en este país de la casta o nueva clase política ni de nadie que tenga un cargo público, los treinta años de supuesta democracia a la española puede servir para impartir clases en las universidades mundiales de cómo un experimento en la realidad descubre la forma de llegar a un sistema pseudodemocrático sin que los dueños de la democracia se dén cuenta y sean robados con guante blanco.
Si no me fio de la casta politca y todo su entorno menos me fio de los periodistas de renombre, aún tengo en mente EL FONDO DE REPTILES, que como la fila cero creó el chorizo de tipo sevillano Felipe Glez, donde los periodistas sin escrúpulos percibían retribuciones sólo por hacer proselitismo. Ahora qué persiguen los medios que se hacen eco de lo que sabíamos todos desde hace años, no será que como la ruina les ha llegado también buscan nichos nuevos de financiación. Veremos, lo que si les digo a todos es que los Guardias Civiles Democráticos no vamos a parar, aunque tengamos que exiliarnos.
Noticia del mundo,
Santos Inocentes
Luis Bárcenas a la entrada del TSJ de Valencia. | Benito Pajares
Hace un año un ex alcalde gallego me pidió que parase la grabadora.
Llevábamos unos minutos bailando en la oscuridad y yo sabía que en
cualquier momento comenzaría el zapateado tórrido. En el periodismo y en
la vida se aprende pronto que hay un mundo que transcurre con la grabadora encendida y otro con la grabadora apagada.
La única misión verdadera del periodista es convertir el stop en play y
blanquear, con mucho esfuerzo, las noticias en B. Tal y como está el
país no debería publicarse nada si no se atestigua ante el lector una
llamada que hubiese amenazado al periodista con atenerse a las
consecuencias.
Apagué la grabadora y me fue relatado el caso de un importante cargo
político del PP que se había enriquecido de forma festiva en los últimos
años. Todo el mundo hablaba de ello, así que no le di importancia; muchos cargos se enriquecen en público, algunos con más pudor que otros,
y si no se demuestra lo contrario, todo transcurre con la perfecta
normalidad que da compatibilizar el poder con sociedades y empresas a
nombres de terceros. En España se ha llegado al punto desesperado de que
lo verdaderamente grave no es lo que está fuera de la ley, sino dentro.
Lo novedoso, sin embargo, fue que gente de su propio partido había
hecho un dossier sobre el hombre. Y ese dossier llegó a Rajoy, que lo metió debajo de una montaña de papeles dando órdenes para que el sospechoso cesase en sus actividades.
Atajar el posible delito, hacer el menor ruido posible para controlar
daños y seguir como si nada. ¿Y qué iba a hacer, instar a Fiscalía a
investigar a un cargo suyo? ¿No se enfadaría el PP? Y peor aún,
dependiendo del alcance de la investigación, ¿no se enfadaría el PSOE?
Luis Bárcenas, por ejemplo. Alto, discreto, púrpura.
Las primeras informaciones sobre él lo sitúan a mediados de los 80
abriendo con cierto escándalo la ruta española en el Everest con una
expedición en la que iba su amigo del alma de apellido inconfundible,
Luis Fraga. Pero en 2006 se produjo algo insólito en el Congreso, sancta
sanctorum de la democracia: Zapatero denunció que el PP cobraba comisiones a las empresas a las que daba contratos donde gobernaba;
el presidente del Gobierno se dirigía de esa manera tan exuberante al
partido de la oposición. Rajoy le dijo que o retiraba sus palabras o el
PP no lo seguiría apoyando. Zapatero las retiró. Minutos después, en los
pasillos, José Blanco contaba a los periodistas –con la grabadora
apagada- que era vox populi que Luis Bárcenas se reunía en el hotel
Orfila, cerca de la sede del PP, para cobrarle la mordida en metálico a
los constructores que querían contratos en sus comunidades. Esto no lo
sé yo porque le vaya poniendo la oreja a Blanco; lo publicó Carlos
Segovia en El Mundo. En 2006. Lo contaba el PSOE. No le constaba al PP.
Un año antes Maragall también se había retractado de acusar a CiU de
cobrar el 3% de las obras adjudicadas. También, como Zapatero, lo dijo
en un arrebato incontrolado. También, como Zapatero, lo ordenó retirar
del acta y pidió disculpas. A ver qué dice hoy Rubalcaba
después del insólito ridículo del jueves, cuando no hizo mención a los
sobresueldos, no permitió preguntas y sólo le faltó ponerse a silbar El
árbol del ahorcado. La contundencia dependerá de cómo haya ido la
revisión de cajones propios. Por lo menos hay algo seguro: no nos vamos a creer una palabra. De la CiU actual ya ni hablo; los Pujol empiezan a parecérseme una película rodada por Scorsese con un derrame cerebral.
En 2007 Luis Bárcenas presionó a la Comunidad de Madrid para que le
adjudicara a Seygur la seguridad de la nueva Ciudad de la Justicia. Le
fue concedida por 700.000 euros. El Mundo: «Al conocer su intervención
en favor de Serygur, el vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio
González, telefoneó a Bárcenas para que aclarara cuál era su interés en
la sociedad. Éste negó al lugarteniente de Aguirre que tuviera acciones
de Serygur o algún interés económico. Justificó su gestión por su
relación personal con los gestores de la empresa, que son el ex concejal
de Madrid Ignacio del Río y, sobre todo, el ex director de Innovación
Tecnológica del PP Álvaro de la Cruz. ‘Luis Bárcenas es amigo mío y me
preguntó si podía ayudar a Serygur. Le dije que estábamos interesados en
el contrato de la seguridad de la Ciudad de la Justicia y se ofreció a
llamar al consejero Prada. Fue un acto de buena voluntad y por pura
amistad’, explicó ayer a este diario Álvaro de la Cruz. De la Cruz es
consejero delegado de Serygur y mantiene una larga relación de amistad
con Bárcenas, puesto que ambos trabajaron juntos en la pasada década en
la sede del PP en Génova. De la Cruz fue jefe de gabinete del entonces
secretario general popular, Francisco Álvarez Cascos».
Dos años después, Gürtel
«Es que era muy discreto». Hombre, no iba a andar con los millones en
una mochila y abriéndola para pagar los cafés. Si el gerente y tesorero
de su partido se lleva crudos de donde sea 22 millones de euros en
veinte años y ustedes no se enteraron de lo que pasaba en su edificio no
pretenderán hacernos creer que saben lo que pasa en España. O son unos
incapaces que rozan científicamente la idiocia o unos cómplices
incapaces de atajar un delito gravísimo delante de sus narices, sea por
los sobresueldos o por esa afición tan aristocrática de no querer
levantar la alfombra, no sé si por evitar la sorpresa de no encontrarse
con nada; como cuando alguien ve un abrigo precioso de talla XXL que se
niega a probar por si le queda bien.
«Es un chantajista». ¿Y cuál es el problema? Chantajear está muy desprestigiado.
Si a mí, afortunadamente, nadie me puede chantajear con hacer públicas
unas fotos con Elle McPherson, se entiende que al PP y a la Corona ni
Bárcenas ni Diego Torres pueden chantajearlos con algo parecido, pues en
general nada consta. Allá ellos con su farol y allá nosotros con el
espectáculo.
"No me temblará la mano".
Fabuloso castigo el desamparo prometido por el PP. Se ha llegado a que
se considere casi penalmente que el partido abandonará a su suerte a los
cargos que hayan cobrado dinero en negro o quienes se hayan enriquecido
ilegalmente. El listón está alto con González despidiéndose de
Barrionuevo en las puertas de la cárcel, pero en 2003 aún estábamos
saliendo de la Transición, y ahora ya estamos entrando en otra.
Déjenme que les cuente algo: una práctica sexual que tengo pendiente es la de la mosca escorpión.
La hembra no se aparea si el macho no le trae un insecto muerto.
Durante la copulación, el macho mantiene agarrado el insecto mientras la
hembra lo come. El macho tarda veinte minutos en dejar todo el esperma.
Si la hembra acaba antes su banquete, expulsa al macho sin dejarle
culminar el acto; si tarda más de veinte minutos, los dos luchan a
muerte por las sobras. Es por ello que el macho ha desarrollado la
hipnótica capacidad de matar a un insecto que le dure a su amante
exactamente veinte minutos.
De esta hermosa manera nuestros políticos han conseguido perfeccionar el método de contrataciones públicas
hasta hacerlo universal y recibir el porcentaje adecuado para que no
haya sangre por las sobras ni se vaya el cargo público con la
adjudicación a otra parte. De ese microcosmos subterráneo que rige la
Naturaleza aparecen de vez en cuando testimonios que levantan escándalo
entre la buena sociedad de provincias, acostumbrada a prácticas menos
letales. Pero lo cierto es que España funciona como una orgía interesada
en el sótano de palacio mientras arriba, en los salones, todo el mundo
guarda la compostura y arenga al pueblo con la hora del sacrificio. Es un país en B,
donde no está tan sumergida la economía como la moral, y empieza a ser
tan resbaladizo el delito como quien lo reprueba en silencio y carga con
él a modo de penitencia.
«Igual que si se tratara de un monigote de los Santos Inocentes,
Rajoy llevó colgado de la espalda a Luis Bárcenas durante toda la
mañana», escribió Gistau hace cuatro años. Por no quitárselo a tiempo,
el monigote ha engordado por lo menos 22 kilos, y es por ello que Rajoy a
ratos se sienta para tomar aire. En Génova se empiezan a ver sobres como el niño del sexto sentido veía muertos.
Bárcenas sube montañas enormes que luego baja esquiando. Es aficionado a
deportes extremos en los que se juega la vida; uno de ellos, el
heliski, consiste en ser lanzado desde un helicóptero con los esquíes
puestos. El piloto, desde luego, es un cachondo.
Háganse ricos si pueden. Pero ahora que lo pienso, a mí no sé qué me daría más pereza: si estar veinte minutos copulando o veinte minutos comiendo.