Otra brillante
idea de nuestro no menos brillante ministro de Hacienda, señor
Montoro. Ahora quiere proponer a la patronal y a los sindicatos que
las indemnizaciones que las empresas paguen a sus trabajadores
despedidos no sean un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades.
Sinceramente, cada día tengo más claro que estamos gobernados por
gente insensata.
Evidentemente, y
aunque a veces se diga lo contrario, lo normal es que los despidos no
sean un capricho del empresario y, la mayoría de las veces se
producen por causas económicas, es decir, porque la empresa tiene
menos ingresos, o incluso ha entrado en pérdidas. Es precisamente en
esos momentos de mayor precariedad cuando el empresario puede verse
obligado a pagar unas indemnizaciones, justo cuanto menos dinero
disponible tiene. Si ahora, además, ese gasto, porque ¿no pretenderán
decirnos que eso no es un gasto?, no nos lo podemos deducir en el
impuesto de sociedades, automáticamente el resultado es tanto como
que aumenta el importe del despido.
Indemnizaciones por
despido no deducibles
Por otro lado,
resulta curioso que esta propuesta de que las indemnizaciones por
despido no sean deducibles prácticamente coincide en el tiempo
con el tema de que el trabajador deberá declararlas porque los
mínimos exentos han variado una enormidad. O sea, que estamos con lo
de siempre, a unos les hacen pagar y a otros no les quieren devolver
lo que es suyo, y así estamos, intentado siempre cobrar a dos bandas.
Me parece
un verdadero latrocinio.
Indemnizaciones por despido no deducibles, otra
brillante idea.
El problema de
todo al final son las cifras, nunca podemos estar seguros de que las
cifras que se mueven son reales, más bien al contrario, podemos dar
por hecho que todas están manipuladas o cocinadas, y eso si no son un
mero fraude desde el principio.
Un
ejemplo: El señor Montoro afirma
que es «rotundamente falso» que las políticas del PP han
mermado el Estado de Bienestar, y lo hace acogiéndose a unas cifras
relacionadas con el PIB, afirmando que los gastos sociales de todas
las administraciones públicas de España en 2013 fueron del 28,4% del
PIB, porcentajes muy similares al 2012 y al 2011. Por mi parte creo
que es bastante claro y evidente, diga este señor lo que le venga en
gana decir, que sí que han habido recortes que nos afectan a todos,
decir simplemente que el porcentaje entre gasto y PIB es
porcentualmente estable... ¿qué demuestra? ¿Quizás que el PIB ha
bajado por la menor actividad? También habría que aclarar qué gastos
se incluyen y qué variaciones hay entre unos y otros, porque si
recortan en sanidad y educación pero se gastan más dinero en otras
cosas y simplemente lo suman todo... En definitiva, que cualquier
cosa que dicen aportando cifras no podemos creerla porque sí. Las
cifras son muy sufridas, así como la manera de decir las cosas:
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LOS DOS SABIOS
Y EL REY
Érase un rey
poderoso que había pasado una mala noche. En su sueño, una horrible
pesadilla le hacía experimentar la pérdida de todos sus dientes. Se
despertó preocupado, y enseguida mandó llamar a uno de sus fieles
consejeros para interpretar la visión.
El sabio escuchó
el relato, y soltó su interpretación.
«Su majestad.
Siento comunicarle que este sueño trae malas noticias. Significa
que todos sus familiares morirán».
Al escuchar la
noticia el rey se enfureció contra el consejero. La impertinencia del
aviso le cegó de ira y mandó a sus soldados que castigaran al sabio
con una sesión de latigazos.
Como seguía
preocupado, mandó llamar a otro de sus hombres de confianza. El
segundo sabio escuchó con atención, y después de un momento de
reflexión comentó su interpretación del sueño.
«O rey
afortunado. Este sueño es una bendición. Significa
que sobrevivirá a todos sus parientes».
El segundo sabio
fue recompensado por darle al rey la misma noticia que le había dado
el primero. Lo mismo pasa con las cifras y con las estadísticas,
según quien las diga y cómo las diga, el resultado puede ser
radicalmente distinto.
Ramón Cerdá
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