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lunes, 14 de julio de 2014

Indemnizaciones por despido no deducibles





Indemnizaciones por despido no deducibles


Otra brillante idea de nuestro no menos brillante ministro de Hacienda, señor Montoro. Ahora quiere proponer a la patronal y a los sindicatos que las indemnizaciones que las empresas paguen a sus trabajadores despedidos no sean un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades. Sinceramente, cada día tengo más claro que estamos gobernados por gente insensata.
Evidentemente, y aunque a veces se diga lo contrario, lo normal es que los despidos no sean un capricho del empresario y, la mayoría de las veces se producen por causas económicas, es decir, porque la empresa tiene menos ingresos, o incluso ha entrado en pérdidas. Es precisamente en esos momentos de mayor precariedad cuando el empresario puede verse obligado a pagar unas indemnizaciones, justo cuanto menos dinero disponible tiene. Si ahora, además, ese gasto, porque ¿no pretenderán decirnos que eso no es un gasto?, no nos lo podemos deducir en el impuesto de sociedades, automáticamente el resultado es tanto como que aumenta el importe del despido.

Indemnizaciones por despido no deducibles

Por otro lado, resulta curioso que esta propuesta de que las indemnizaciones por despido no sean deducibles prácticamente coincide en  el tiempo con el tema de que el trabajador deberá declararlas porque los mínimos exentos han variado una enormidad. O sea, que estamos con lo de siempre, a unos les hacen pagar y a otros no les quieren devolver lo que es suyo, y así estamos, intentado siempre cobrar a dos bandas.
Me parece un verdadero latrocinio.
#indemnizaciones por despido no deducibles
Indemnizaciones por despido no deducibles, otra brillante idea.
El problema de todo al final son las cifras, nunca podemos estar seguros de que las cifras que se mueven son reales, más bien al contrario, podemos dar por hecho que todas están manipuladas o cocinadas, y eso si no son un mero fraude desde el principio.
Un ejemplo: El señor Montoro afirma  que es «rotundamente falso» que las políticas del PP han mermado el Estado de Bienestar, y lo hace acogiéndose a unas cifras relacionadas con el PIB, afirmando que los gastos sociales de todas las administraciones públicas de España en 2013 fueron del 28,4% del PIB, porcentajes muy similares al 2012 y al 2011. Por mi parte creo que es bastante claro y evidente, diga este señor lo que le venga en gana decir, que sí que han habido recortes que nos afectan a todos, decir simplemente que el porcentaje entre gasto y PIB es porcentualmente estable... ¿qué demuestra? ¿Quizás que el PIB ha bajado por la menor actividad? También habría que aclarar qué gastos se incluyen y qué variaciones hay entre unos y otros, porque si recortan en sanidad y educación pero se gastan más dinero en otras cosas y simplemente lo suman todo... En definitiva, que cualquier cosa que dicen aportando cifras no podemos creerla porque sí. Las cifras son muy sufridas, así como la manera de decir las cosas:
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LOS DOS SABIOS Y EL REY
Érase un rey poderoso que había pasado una mala noche. En su sueño, una horrible pesadilla le hacía experimentar la pérdida de todos sus dientes. Se despertó preocupado, y enseguida mandó llamar a uno de sus fieles consejeros para interpretar la visión.
El sabio escuchó el relato, y soltó su interpretación.
«Su majestad. Siento comunicarle que este sueño trae malas noticias. Significa que todos sus familiares morirán».
Al escuchar la noticia el rey se enfureció contra el consejero. La impertinencia del aviso le cegó de ira y mandó a sus soldados que castigaran al sabio con una sesión de latigazos.
Como seguía preocupado, mandó llamar a otro de sus hombres de confianza. El segundo sabio escuchó con atención, y después de un momento de reflexión comentó su interpretación del sueño.
«O rey afortunado. Este sueño es una bendición. Significa que sobrevivirá a todos sus parientes».
El segundo sabio fue recompensado por darle al rey la misma noticia que le había dado el primero. Lo mismo pasa con las cifras y con las estadísticas, según quien las diga y cómo las diga, el resultado puede ser radicalmente distinto.
Ramón Cerdá
 
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