HONORABLE CORRUPCIÓN
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La corrupción está tocando todas las
Comunidades, todos los estamentos y hasta a las personas que en algún momento
se les tildó de honorables, aunque no lo fueran. ¿Cómo se puede sentir una persona a la que le erigen estatuas,
le agasajan y zalamerean, cuando en su fuero interno se muestra diferente?.
¿Cómo es posible asimilar esta contradicción?.
¿Quiénes faltan de salir del cofre de oro?
Seguro que aún muchos están a punto de salir y no se atreven o quizá estén
esperando a que les saquen con vítores y aplausos o a empujones.
Me viene al recuerdo una lista que apareció
en las redes hace unos dos o tres años con nombre y apellidos de 154 políticos
que habían sido condenados o al menos imputados por corrupción.
Cuando todos creíamos que ya habían salido
todos, pues la prensa nos sorprende, con nuevos y más emocionantes casos de
corrupción, adornados con paraísos fiscales y con herencias que al final parece
que se repartieron muy bien para algunos y muy mal para otros. En las herencias
normalmente intervienen notarios que tienen que hacer cumplir rigurosamente la
voluntad del testador, finado o como quiera que lo llamemos y nunca podrá por
muy honorable que sea la persona, favorecerle o saltarse a la torera las
disposiciones legales en la materia y más cuando se trata de los primogénitos.
A mí el título, mote o distinción de
HONORABLE, nunca me ha gustado, pues a todo el mundo se le supone (como el
valor en la mili), mientras no se demuestre lo contrario. Cuando esto se pone
delante de un nombre de un hombre, me parece una cursilada y una falta de
respeto frente al resto de los mortales.
“En España el que no ha robado es porque no
ha podido”, es una frase que cada día se oye más en la calle y que refleja
claramente lo que está ocurriendo y que no ha terminado aún de ocurrir.
Seguramente tengamos que bajar de nivel y denunciar todo aquello que se conozca
que puede ser delictivo, aunque no seas el novio/a del delincuente en cuestión.
Ha pasado el tiempo para los “abrazafarolas”
y estamos en la era de los “amasadineros” y los “buscaparaisosfiscales”, pero el problema está siendo, que ya no
nos llama la atención, por lo cotidiano y lo generalizado que se ha vuelto la
corrupción.
Estamos
acudiendo al entierro de los valores positivos, al funeral de la honestidad y
al nacimiento de “todo vale”, si me sirve para conseguir los objetivos más
obscuros y denigrantes. Luego, la edad servirá para tapar los mayores atropellos y lejos de
devolver lo fraudulentamente conseguido, no terminará con los pies en la cárcel.
Todo está estudiado, nada queda al azar. La ruleta rusa ha comenzado a girar,
pero al que le toque no tendrá miedo a las balas de fogueo.
¿Quién decía aquello de “vida sin honra, no es vida”?.
O en vez de chorizo llámame espetec.