Con una justicia tan lenta y tan nefasta como la nuestra,
las medidas cautelares son sin duda una gran injusticia, por mucho que los
beneficiados por estas medidas cautelares lo celebren.
Medidas cautelares: cese de
actividad de Uber
Medidas cautelares, otra gran injusticia en pro de la
«justicia»
En este caso me refiero a las medidas cautelares que se han
tomado al decidir que Uber cese en su actividad, y todo ello sin que haya
existido juicio ni por lo tanto exista sentencia. Claro que por eso se las
llama medidas cautelares, que quiere decir algo así como «Medidas por si
acaso», o sea, que viene el niño a casa y le damos dos hostias... «por si
acaso ha hecho algo malo en el cole». Pues sí, eso son las medidas
cautelares; e igual que no le podemos retirar las hostias al niño si
descubrimos que no ha hecho nada malo, tampoco podemos resarcir a la
empresa a la que hemos obligado a cerrar antes de tiempo. El daño ya está
hecho.
No voy a entrar muy a fondo en si me parece correcto el
servicio de Uber o de Blablacar, pero desde luego sí que quiero insistir en
lo nefastas que son las medidas cautelares. Tan malas como la prisión preventiva.
Las distintas asociaciones de taxistas que ahora celebran
las medidas cautelares confían además que se extiendan a Blablacar y a
Cabify, otras dos amenazas para el sector por estar basadas en la economía
colaborativa.
Ramón Cerdá
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