SI BUSCAS A DIOS, HALLARÁS UN CORPÚSCULO DE SU DIVINIDAD EN LOS
MÁS DÉBILES E INDEFENSOS.
Yo
no soy beato, ni siquiera acudo a los templos eclesiásticos católicos, estoy
contra la Iglesia de todos los tiempos.
Pero
cada 15 días con un viejo Seat, acudo a una veintena de kms. donde sin poder
decir el lugar, ni las gentes que visito por guardar celosamente su honor,
intimidad e imagen, como marcan las leyes.
Visito
almas blancas, sin maldad, sin egoísmo, necesitadas de un cariño, que me preguntan que es.
Allí
veo dolores, pero también la alegría real, sin esa diplomacia que gasta la
hipócrita sociedad en que vivimos, allí cada saludo sale del alma, cada
sonrisa, donde no existe la falsedad porque no se conoce.
Y
aunque suene a hipérbole poética en ésta simple prosa, allí está Dios, con sus
hijos o hijas, donde el Estado a través de la Comunidad Autónoma de Madrid,
realiza el mejor servicio a la sociedad madrileña.
Donde
los funcionarios fijos o interinos, se convierten no sólo en cuidadores, son
padres y madres, y lo mejor de todo, hermanos, ya que la deshumanización de la
especie tiene algún hermano real, con un comportamiento casi tan grave -en este
siglo XXI,- como aquél de la Esparta de Licurgo del siglo VIII antes de Cristo,
que no cito por salvaje e hiriente.
Allí
presiento a Dios, a ese Dios que, Unamuno y Antonio Machado, buscaban
pensando en la necesidad de su existencia real.
¿Dios, por qué no existes? se preguntaba un gran filósofo.
Pero Dios existe, a veces paseo con él, en la orilla de un
arroyo mínimo, donde las higueras silvestres son tan glorificantes como los
seres a los que da cobijo, allí está Dios, bastaría una imagen para
comprobarlo, pero yo no puedo darla, sólo lanzar, no en éste Facebook que
aborrezco, un lamento, aunque éste, como citaba hoy mismo, me quebrante las
neuronas transmisoras de los sentires.
Y vale.
JOSMAN
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