La dimensión temporal de la innovación educativa. Los
desastrosos resultados formativos si no se tiene en cuenta.
por Angel Fidalgo
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Una de las “leyendas
urbanas” que existen sobre la innovación educativa es que aplicarla conlleva
excesivo esfuerzo por parte del profesorado. Evidentemente no es lo mismo desarrollar que aplicar la
innovación educativa. En el primer caso estamos “inventándola” y
en el segundo “aplicándola”. El esfuerzo necesario para “desarrollar” algo es
mucho mayor que el requerido para “aplicar” algo.
En este post nos
centraremos en el profesorado que aplica la innovación educativa. Gran parte del mismo piensa que
esta actúa como un producto físico. Piensan que basta con
desempaquetarlo, conectarlo a un enchufe y está listo. Los productos derivados de la
innovación educativa trabajan con personas y con conocimiento.
Ambas cosas (las personas y el conocimiento) son muy sensibles a la estrategia
formativa, experiencia previa, motivación, actitud, etc. Por tanto, nunca
podemos tratar los productos de innovación educativa como un producto físico.
Para poder obtener resultados
eficaces en la aplicación de la innovación educativa necesitamos tener en
cuenta la dimensión temporal. Esta dimensión viene a decir que la aplicación de
la innovación educativa se debe realizar en dos fases: la primera para hacer
ajustes y la segunda para aplicarla con garantías.
Un posible proceso a seguir
es hacer coincidir la fase de ajustes con el tiempo que se tarda en impartir
una asignatura concreta. Durante esta fase se deben realizar ajustes,
identificar la mejor forma de aplicación, analizar los resultados obtenidos y
validarlos. Posteriormente podrá realizar la siguiente fase “aplicar la
innovación educativa”
Algunos consejos a realizar
durante la primera fase:
·
Identifique los
resultados de mejora que desea obtener. Consulte artículos, posts o
comunicaciones en congresos donde se mencionen mejoras en esos resultados.
·
Identifique procesos y
metodologías Vea
cómo ha sido el impacto y cómo se ha transformado el modelo de uso.
·
Identifique el tipo de
tecnología a utilizar, no la tecnología concreta. Por ejemplo, si va a usar una
red social, no use la que le hayan contado. Seleccione varias y elija la que
más se adapte a lo que usted desea realizar.
·
Haga mediciones de los
resultados. Para ello puede utilizar un grupo experimental y otro de control, o
bien contraste los resultados que usted obtenía antes de aplicar la innovación
educativa.
·
Asegúrese de que para comparar
resultados está utilizando las herramientas más adecuadas (cuestionarios,
métodos de comparación estadístico, análisis de datos, etc)
Evidentemente la primera
fase le supondrá un mayor esfuerzo, pero durante la segunda fase y las
posteriores el esfuerzo será menor. De hecho, un indicador de la eficacia de la
innovación educativa es comprobar si consigue mejores resultados que antes de
aplicarla, pero manteniendo el esfuerzo, o bien, consigue los mismos resultados
que antes de aplicarla pero reduciendo el esfuerzo.
Además, si aplica la
dimensión temporal, realmente lo que está haciendo durante la primera fase es
INVESTIGAR y, por tanto, podrá dar un formato a esa investigación y divulgarla
en congresos y revistas científicas. Esto contribuirá a que el profesorado, que
aplique el mismo tipo de innovación en el futuro, reduzca el esfuerzo necesario
para realizar la primera fase.
Si no
aplica la dimensión temporal, no hay garantías de éxito de la innovación
educativa. Además, tendrá la percepción de que le lleva mucho tiempo, tanto que
no merece la pena aplicarla, se lo contará a sus compañer@s y contribuirá a
afianzar la leyenda urbana de que aplicar la innovación educativa requiere un
esfuerzo excesivo.
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