Sólo una
minoría está capacitada para hacer descubrimientos científicos. Sólo una
pequeña parte de la gente sabe de leyes. Sólo un porcentaje mínimo es capaz de
inventar. Genios, en la historia, ha habido muy pocos y, casi siempre, han
revolucionado la materia sobre la que estudiaran a base de llevar la contraria
a la gran mayoría. Los grandes descubrimientos científicos, por ejemplo, hasta
que han sido reconocidos, han contado en general con la desaprobación de toda
la comunidad científica; éstos que se supone que saben de qué hablan. ¿Qué
habría pasado si, cuando Einstein formuló la teoría de la Relatividad, se
hubiera expuesto a referéndum? ¿Por qué, entonces, se exponen a referéndum
cuestiones tan importantes como elegir a los dirigentes de una nación? ¿Por qué
no buscar una forma de encontrar a los mejores, a los más honrados, a los más
inteligentes, a los más justos y, en general, a los más capacitados para
desempeñar tareas tan trascendentales? ¿Por qué dejar esa relevante decisión en
manos de la mayoría de la gente, de la masa, la cual ya sabemos que cuanto más
ignorante, mas fácilmente maleable es? Tres
países democráticos le han declarado la guerra a un país pobre. La mayoría ha
decidido matar hombres, mujeres y niños; esa mayoría ignorante y egoísta que
desconoce el Derecho Romano y la Teoría de la relatividad; esa misma mayoría
que hace muchos años creía que la tierra era plana; esa mayoría con un cielo a
medida, construido especialmente para ellos, y un infierno para sus enemigos y
para los que piensan de diferente modo[1]."
[1] OJEA, R. I. (2009). Artículo de prensa
que el compositor, músico y novelista español
cita en su primer libro EL VIAJE ÍNTIMO A LA LOCURA.
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