LOS ESTRAGOS DE LA TITULITIS
ACADÉMICA
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 13-9-2018. Tesis doctorales, masters, asignaturas dudosas,
licenciaturas. En tiempos de Franco, por los 70, cuando el
Ministerio de Educación se hallaba en la zona del Turó Park, corría la fábula
ciudadana de 'arreglos varios' en aprobados y títulos. Cuando pasados
los años me vi inmerso entre abogados, sospeché de la capacidad de algunos.
Con el tiempo descubrí que más que de la capacidad debía sospechar de su
decencia. Me ocurrió con mis primeros abogados en el caso Consorcio,
Juan Piqué Pidal profesor en la Universidad, con Luis Pascual Estevill ¡doctor
en derecho!, y con el acusador por parte del Ayuntamiento el catedrático Rafael
Jiménez de Parga. Pero en Barcelona no se ha profundizado, o nunca se ha
investigado en las universidades públicas o privadas, ni menos en el Parlament,
los casos de 'titulitis' de varios políticos. Apenas comentados en la prensa
'residual', y callados en la todopoderosa TV3, o subvencionados. Pecata minuta
dentro de la 'corrupción institucionalizada'. Otro cantar fuera el de Urdangarín
con ESADE.
También conocí un elemento, ya con Franco muy enterrado, que con varios títulos
falsos en su 'bufete' firmaba escritos y denuncias en los juzgados,
donde además incluía por preceptivo su número de colegiado. Me consta que fuera
descubierto y hasta denunciado ¡pero nunca juzgado! Alguien en el Palacio de
Justicia consideraría el caso demasiado escandaloso.
El que sea inocente que tire la primera piedra. Pero resulta que son a cientos,
que una vez roto el bipartidismo, investigan en las carreras o éxitos
académicos, y saltan liebres a mansalba. Para medrar en Política no se
necesitan especiales y profundos conocimientos 'científicos' ¡más bien
escasos!, pero los títulos adornan un currículum, que nadie comprobará, y muy
necesario cuando se traspasa el nivel de los 'amigos íntimos' y se entra en la
competición para los altos cargos. Nivel donde el 'fuego amigo' crea las más
de las bajas.
Pero la realidad demuestra que decenas y cientos de miles han gastado 'mucho
codo' y noches en vela para sacarse sus carreras. Lo he vivido y vivo en mi
entorno íntimo, que sin enchufes, ni 'amigos de', ni relación social alguna,
han conseguido los títulos y hasta los empleos y cargos en el sector privado.
El eficiente sector privado catalán, donde por regla general cada uno es quién
es sin quitar ni poner títulos. Los viejos profesores decían aquello de que 'ellos
aprobaban pero sería la vida que en realidad aprobara o suspendiera'. No
así en el sector público catalán, donde quién no tiene padrinos no se bautiza, o
se le suspende por bajo nivel en catalán.