SEMÁFORO ROJO Y HOSTIA A MANO ABIERTA, UNA O UNAS CUANTAS, QUE ALGUNOS
DE LOS PERSONAJES CITADOS NO ESPABILARÍAN CON LA PRIMERA, A LAS SIGUIENTES
PERSONAS POR LOS ASUNTOS QUE EN CADA CASO SE EXPONEN, Y QUE LES HACE ACREEDORES
A ESTE TRATO POR CHARRANES, IMBÉCILES, LISTOS, APROVECHAOS…
Autor: El semáforo.
A la demagogia vomitiva del Gobierno, el
Ministerio del Interior y la revancha del hijo del que fue miembro del FRAP,
Pablo Iglesias, porque parece que al fin van a consumar la venganza del
comunista contra el torturador Billy el Niño. No repetiremos la opinión que nos
merece ningún torturador. Al mismo nivel que los terroristas. Pero el estado de
derecho y la democracia se rige por leyes y normas que deben ser cumplidas aunque no se compartan, no te gusten o
vayan en sentido contrario al que propugnas, porque lo contrario es la ley de
la selva y ahí siempre ganan los más poderosos. Los poderosos hoy son los
del Gobierno Frankenstein y sus camaradas del odio, los de UPodemos. Si esta
medida fuera por regeneración democrática entenderíamos que se les retirara las
medallas rojas al 99,9% de los mandos de Policía y Guardia Civil (y a bastantes
de sus hijos, que ingresaron por la escala ejecutiva o de Oficiales y muchos ya
las tienen, además de ascensos); pero es una medida de odio que nace tratando
de quitar una medalla roja a un inspector jefe torturador que fue amnistiado en
1977, exactamente igual que lo fueron algunos terroristas con las manos llenas
de sangre que habían militado en las organizaciones asesinas terroristas que
poblaron el país en los últimos años de la dictadura, FRAP, GRAPO, ETA, Terra
Lliure, EGDPGC, MPAIAC y otros que no pasaron de la teoría a la práctica. Por
lo tanto, las medallas anteriores a esa amnistía, por seguridad jurídica,
coherencia y vergüenza no se pueden retirar.
FRAP),
con datos de la Asociación Lista de los
asesinados por el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (
Víctimas
del Terrorismo
1/05/1973 Juan Antonio Fernández Gutiérrez Policía
Nacional-Madrid
27/09/1973
Francisco
Jesús Anguas Barragán Policía
Nacional-Barcelona
14/07/1975
Lucio
Rodríguez Martín
Policía Nacional-Madrid
16/08/1975
Antonio
Pose Rodríguez
Guardia Civil-Teniente-Madrid
14/09/1975
Juan Ruiz
Muñoz
Policía Nacional-Barcelona
29/09/1975
Diego del
Río Martín
Policía Nacional-Barcelona
La medalla posterior a 1977 a González
Pacheco se la concedió Martín Villa por encontrar a dos secuestrados por el
GRAPO, Antonio María de Oriol, presidente del Consejo de Estado, y Emilio
Villaescusa, teniente general presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar,
secuestros que podían haber paralizado el proceso a la democracia. Legalmente
podrán pedir y hacer lo que su carga de odio les dicte pero moralmente quedan
retratados. Y ello sin perjuicio de que los afectados se van a defender
legalmente. Porque anda que no hay medallas rojas pensionadas entregadas a
mandos que han sido condenados por torturas en democracia. Veremos si se
atreven con el coronel Corbi y con otros. Cualquier cosa que sea modificar la
ley de 1964 para fijar un criterio subjetivo de “quienes no hayan tenido un
comportamiento ejemplar…” es una ley “ad hoc”, hecha exclusivamente contra el
torturador de la dictadura franquista y rompe todo el entramado del estado de
derecho, la seguridad jurídica y la irretroactividad de las normas
sancionadoras. Y rompe el modelo de la Transición. Sépalo, PSOE, que tienen
ustedes muchos muertos en los armarios con medallas rojas por torturas y
crímenes contra el terrorismo cometidos en su mandato. Y sobre todo, no dejen
en evidencia una catadura moral que haría imposible que millones de personas
vuelvan a votarlos. No se dejen llevar por la oportunidad y el odio que así no
se puede gobernar. Es cierto que en la ebullición que se
produjo en la década de los 70 contra la dictadura había movimientos
estudiantiles que usaban siglas cuyo significado no entendían y que ellos
personalmente no abogaban por el terrorismo. Eso ocurrió con el FRAP, que tuvo
mucho predicamento en las universidades sin que todos quienes compartían sus
tesis marxistas-leninistas estuvieran dispuestos a cometer asesinatos. Pero
otros sí lo hicieron con esas mismas siglas. Y sí defendían una dictadura
comunista como modelo de Estado. Ninguno de los terroristas que actuaron al
final de la democracia querían una democracia como la actual sino imponer un
sistema político autoritario, una dictadura comunista, porque todas las
organizaciones citadas estaban infiltradas, dirigidas y al servicio de
intereses ajenos a los de los españoles, planteando la imposición en nuestro
país de un modelo de sociedad como los que había en Rumanía, Cuba, Bulgaria,
URSS o Alemania del Este. Pretendían una dictadura y por eso los más radicales asesinaban
a trabajadores de uniforme. Esos delitos prescribieron por la ley de amnistía y
el Código Penal pero la catadura moral de quienes fueron autores, cómplices o
encubridores produce un insoportable hedor que impregna a sus descendientes.
Querían imponer una dictadura para beneficiarse ellos y sus hijos y ser la
clase política dominante, la Casta, extremo que ahora algunos parecen haber
conseguido. Deseamos que el mismo espíritu de revancha que atesoran algunos
políticos cobardes impregne a todos sus ascendientes y descendientes, sabiendo
que cometieron asesinatos cobardes de trabajadores de la seguridad pública y
que esto sea una pesada carga sobre sus vidas y conciencias. Ni olvido ni
perdón para los terroristas asesinos, sus cómplices, encubridores y
justificadores bajo ninguna excusa.