EL SABER Y LA MADUREZ.
Ahora que posiblemente tengamos
una página de un periódico nacional para exponer todo el tiempo vivido y el
porvenir en una sección que se llamará “Tricornio y Democracia” Esta
madurez de hoy, me traslada a un ayer en que, sin ser un intelectual, ni tener
sabiduría, trabajé en el mundo de una idea, que tenía un solo fin, la
desmilitarización de la Guardia Civil.
Hoy, mira uno atrás y sabe por
qué a mí no se me apartó del servicio o incluso se me expulsó como a
otros compañeros que sufrieron la cárcel por luchar por un derecho fundamental,
años más tarde ganarían ese derecho en sentencia en los tribunales europeos.
Yo
luchaba en la soledad, luchaba con mis versos y mis coplas, reivindicando algo
que se consiguió estos días pasados, la equiparación salarial con otros Cuerpos
o Fuerzas de la Seguridad del Estado.
Sólo
tuve sanciones leves y paternalistas, y hoy con el saber de la edad, que no
sabiduría, veo la imagen en forma de metáfora.
Los
mandos veían mi reivindicación diaria, y esto es lo que veían, un hombre sólo
en medio del desierto de la benemérita cavar un pozo para encontrar el agua,
¿por qué no me castigaron más? No es que tuviera un ángel de la guarda
protector, no, es que sabían que cavar sin insultar, ni revelar secretos que
pudiera conocer profesionalmente, solamente hacía cavar con la palabra dicha y
escrita que a modo de panfleto recorría todas las subdirecciones del Cuerpo.
Y
esa es la realidad que veo con el saber de hoy, “Dejadle escribir,
dejadle cavar, nunca hallará el agua en este desierto” el agua era la
desmilitarización, y la equiparación salarial, quitarnos el yugo del Código
Penal Militar.
Sabían
que estaba sólo en medio de aquél patio central aún existente en el Centro
Directivo del Cuerpo, cavaba con mi pluma un pozo imposible, y los que tenían
poder y capacidad para anularme lo sabían. “Dejadle escribir, dejadle cavar, ya
se cansará” No me cansé jamás, el único fruto fue conseguir un Régimen Disciplinario
específico para el Cuerpo, Y una ley orgánica de Derechos y Deberes, obviamente
no salieron de mi pozo, pero sí del sentido común y de la incipiente
democracia.
Ahora,
se nos invita a escribir, de ese ayer, de éste hoy, y de un mañana.
Tricornio
y democracia. Cuando con la edad la placidez te da un corpúsculo del saber, en
esta madurez que faltando el vigor de la juventud, se reflexiona de modo
diferente. Sin cavar pozos, sin necesidad de agua, en este histórico páramo de
España.
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