Liderazgo Auténtico.
por Angel Fidalgo
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Un mal ejemplo de liderazgo
que cala negativa y profundamente en la sociedad lo forman los líderes que no
tienen valores, que utilizan su posición para beneficio propio y, para ello, no
tienen problemas en engañar a su equipo, a sus “jefes” y a toda persona
que se encuentre en su camino.
Desde hace tiempo ha
surgido una corriente que se basa en que el papel de liderazgo no solo se basa
en conseguir eficiencia y eficacia, sino que se deben tener valores y
utilizarlos como fortalezas del propio equipo. El liderazgo auténtico, por
tanto, genera confianza entre el equipo, “l@s jef@s” y en la sociedad en
general. Además, reconoce el talento y potencia los aspectos positivos de cada
individuo.
Los defensores de esta
corriente piensan que, si se realizase formación en la disciplina de liderazgo
auténtico, se evitarían muchos casos de corrupción, malas prácticas y deterioro
social.
Y al igual que en tantos
otros aspectos que suponen un beneficio para la sociedad, siempre se mira al
ámbito formativo preguntándose: ¿por qué no se incluye una asignatura
para que lo enseñen? A
mi modo de ver no se trata de hacer una nueva asignatura, lo que se debe hacer
es incluir el liderazgo auténtico cada vez que se realice un trabajo en equipo
en el contexto académico.
El gran problema es que
muchos de los trabajos en equipos académicos se limitan a que un grupo de
personas firmen un trabajo (a menudo se realiza uniendo partes individuales).
Por tanto, si habitualmente no es posible formar en la competencia de trabajo
en equipo, veo complicada la formación en liderazgo auténtico.
Desde hace unos 6 años
venimos trabajando en un método (CTMTC) para poder
formar y evaluar la adquisición de la competencia de trabajo en equipo en
contextos académicos y últimamente estamos estudiando si ese método lleva
implícita la formación de liderazgo auténtico.
Les facilito el acceso al
“preprint” de un artículo ya publicado, donde se describe el método
CTMTC. Además se realiza un estudio para comprobar si los/las líderes,
que utilizan este método, se pueden considerar pertenecientes al liderazgo
auténtico (para ello se han utilizado las dimensiones: “conciencia de uno
mismo”, “transparencia”, “ética-moral” y “procesamiento equilibrado de la
información”).
Acceso al artículo
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