ARCO IRIS exige que Villar Mir
devuelva las ayudas y subvenciones en caso de venta de las centrales.
La intención de Villar Mir de deshacerse de
sus 7 centrales de los ríos Xallas y Grande a la canadiense Brookfield supone
una descarada operación de ingeniería
ambiental que descapitaliza un sector como el de la energía, considerado
estratégico por el Gobierno del Estado.
Es intolerable que un
grupo que ha explotado hasta la extenuación los recursos energéticos de Galicia
y provocado un brutal impacto ambiental por culpa de sus muy contaminantes
factorías de Cee y Arteixo, pretenda ahora hacer caja a pesar de haber cobrado
sustanciosas ayudas y subvenciones públicas para destrozar nuestros ríos con
presas que ahora considera “poco rentables”.
Haciendo gala de un
cinismo sin límite, Ferroglobe no explica por qué no consideró rentables las
tres nuevas centrales en construcción en el Río Xallas, que han acabado por
darle la puntilla a un curso fluvial martirizado por una empresa depredadora,
que ha devorado hasta el hartazgo y ahora pretende hacer una placentera
digestión a costa de recursos ajenos. Eso se llama en castellano antiguo
“prometer hasta meter y, después de metido, nada de lo prometido”.
Ha sido
responsabilidad de las sucesivas administraciones públicas confiar en este
“industrial” que en los últimos días se ha visto mezclado en asuntos
relacionados con asuntos incluso más turbios, como los protagonizados por OHL
en la financiación irregular de partidos políticos (PP).
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