"Esto se ha terminado, los nuestros nos han sacrificado". Me cuesta creer el 'se ha terminado' tal cómo se interpretó ayer en el programa de Ana Rosa Quintana de Telecinco la conversación o confesión privada vía movil con Toni Comín, el ex conseller de Sanidad, compañero de huida. O sea que Puigdemont tiraba la toalla retirándose a su limbo privado, ha profundizar sobre estos dos últimos años.
Él mismo, levantada la gran polvareda mediática y en las redes, lejos de negar la autoría cómo se publicaba en medios adictos y subvencionados, escribe en su twitter 'que es humano y hay momentos que duda'. Un equivoco 'terminado' cuando minutos antes anunciaba que era el único candidato. Su 'trayectoria profesional' o de 'vividor' más bien indica una conversación incomodando a uno de sus fugados consejeros. ¡El arte de tensionar voluntades! Arte aplicado a un 'traidor a la causa'. No entregar su acta de diputado pudo caer muy mal al jefe, pues rompía la mayoría absoluta de su investidura.
También para que un 'traidor' lo difunda, o se lo 'robe' la prensa, acaparando 'portadas y telediarios', o sea la totalidad de medios y televisiones. Qué hablen de uno, aunque sea mal. Su obsesión por dominar la batalla mediática. El suicidio político no es propio de un hombre con poder de convocatoria de suficientes energúmenos para poner en más de un brete a policías y antidisturbios. Cualquiera en comprometidos lances piensa y suelta el abstracto o inconcreto "esto se ha terminado", con intención de apretar las tuercas. En el caso apretárselas al díscolo o traidor Comín. Lo de 'la Moncloa ha ganado' enerva a dos millones de fieles, que no aceptan el total ridículo. Ridículo hasta frente a sus hijos que desde hace 6 años acuden a todas las diadas y similares pintarrajeados y vestidos con banderas.
El Periódico: "No es Whatsapp. Ni la otra aplicación de mensajería más utilizada, Telegram. La app en la que se cruzan los mensajes el 'expresident' Carles Puigdemont y el 'exconseller' Toni Comín difundidos por Tele 5 es Signal. En esta conversación privada, que ha sacudido a la política catalana, el candidato de JxCat le dice al diputado de ERC: "Supongo que tienes claro que esto se ha acabado. Los nuestros nos han sacrificado, como mínimo a mí". Estos mensajes han sido captados por una cámara en el momento que Comín los leía en su teléfono, en el que tiene descargado esta app ultrasegura que recomienda el extrabajador de la CIA Edward Snowden."
Un fugado novato solo tira la toalla cuando le detienen. Su ánimo se hunde, se queda paralizado, catatónico. Encomienda su alma al cielo, a poco que sea creyente. También cuando se siente enfermo, o cuando se le agota el dinero, o las cuentas de sus tarjetas y las de su séquito se acaban o son intervenidas. Entonces debe volver a quién de sus íntimos o familia le sentará a su mesa, dará de comer, y refugio. Refugio que sin duda se descubrirá.
Tras esta última fatal obligada decisión, es cuestión de días que se le detenga, a menos que se llame Antonio de la Rosa Vázquez, publique su falsa defunción y entierro en París, y pasados los años se muera en Barcelona a los 86 años, 2004, en casa de uno de sus célebres hijos. Se ha de advertir que esa 'suerte' conlleva un elevado grado de corrupción entre judicial y policial. Caso que bien puede suceder con Puigdemont pues le rodean y cubren las espaldas un sargento de los mossos y otros, y en los juzgados insisto abundan los jueces 'independentistas' tipo Santi Vidal, y sus dijo 300 jueces secesionistas, con la desvergüenza actual de publicitar una 'asociación de jueces por la independencia'.
Y si fuera cierto, dado que no tomará posesión, se prepara a seguir 'viviendo' tan ricamente en Bruselas, alentando su presidencia de la República de Catalunya, y soñando que un 'golpe de suerte', como el propiciado por Artur Mas hace dos años, le coloque de nuevo en su trono. Si en Gerona 'mordía' con Matamala, en Barcelona además del legal 145.000€ más gastos y viajes, demostrado con Pujol, el límite es el infinito. 'Golpe de suerte' envenenado, de los que nos engaña cuando nos convencemos que no se trata de 'suerte', y menos mala fe del descubridor o patrocinador, sino de nuestra 'superior capacidad' o 'divina elección'. Para admitir que se es un muñeco de las circunstancias se necesita mucha altura intelectual.
Los próximos meses, con probables elecciones autonómicas, sugieren que Puigdemont jugará un papel entre esos dos millones de fieles independentistas... a menos que se le detenga...
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